25.5.06

Perversos juegos de niños

Cuando vi La Naranja Mecánica por primera vez - Kubrick tiene ese no se qué incomprensible que cautiva como un imán- me sorprendió la violencia con que los juegos incorporaban la tortura a la necesidad de pasarlo bien, las orgías, los encuentros y desencuentros. De repente me imagino en uno de esos juegos perversos, en habitaciones oscuras, al final de un laberinto escondido, sucio y lleno de ratones y basura. Al fondo suelen haber miles de grupos que estàn ocultos consumiendo alguna droga. Hay necesidad de pasarlo bien. A veces estos juegos suelen terminar mal. Creo que más de alguna vez ví un asesinato. Y lo pasaban bien, se reían, y pensaban que el hecho de ver sufrir a otro era causa de risa y de burla. Una estupidez humana, tan simple como cobarde. El hecho de causar el mal a otros jamás ha sido motivo de un divertimento. Al menos no en mi existencia. Creo que la crueldad es un defecto terrible. Una falta de humanidad que confirma que el hombre es más bestia que todos los animales juntos. Más animal que toda la sangre chorreando por una tierra embarrada. Pienso que es el mismo laberinto con el que me he topado algunas veces. En sueños, eso sí.
En todo caso, todo humano tiene su lado cruel, y muchas veces la crueldad suele confundirse con el deseo de dominación. No creo que esas circunstancias de demostrar que se es más que el otro de paso a una confusión. Pienso que depende más bien del poder de control que tengan algunos...o sino todos seríamos adictos al sexo, a la comida, a todo lo que moderadamente causa placer. Y llegamos al autodaño. No hay nada más triste que un ser humano autoaniquilándose. Y eso es, simplemente, la esclavitud de uno mismo.

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