16.4.07

Te invito a mi castillo

Es azul, de cristal, con puertas de madera virgen y ángeles tallados en las ventanas.
Tiene pasadizos de metal, de vidrio y porcelana.
Hay tules y organzas en el suelo. En el cielo también.
El techo es transparente, como yo y se pueden ver las estrellas.
A veces entra el viento y la lluvia como fiel compañera.
Otras, entra el calor y las burbujas y las plantas que crecen en verano.
Mi castillo es abierto, sublime, encantado.
Mi castillo está en la cima de una montaña o en la sima de un subterráneo con olor a sal.
Mi castillo está en el mar, cerca de una ladera de cal.
Mi castillo es una isla.
Un pedazo de cielo en mi propio pensamiento.
Mi castillo es enamoradizo, paciente, silencioso.
Mi castillo está en calma o en violencia con la multitud.
Se desvanece, aparece, se difumina.
Mi castillo es mi cuerpo, mi mente, mis sentidos.
Mi castillo huele a jazmín.
Tiene sabor a helado de fresa.
Es terso como el satín.
Acalorado como las noches de verano.
Mi castillo no existe.
Mi castillo soy yo.
Mi castillo no tiene puertas.
No hay nadie que te abra.
Mi castillo sólo necesita que alguien entre en él.

Felicidad!!!!


Un estado que va y vuelve...amo a la Rana René...¡¡¡es tan optimista para estos fríos!!! Piggy..."es tan difícil ser verdeeee" Creo que él es un ejemplo a la hora de levantarse...

15.4.07

¿Sería cierto?

Todos los caminos conducen a cierta lucidez que sólo aparece en la oscuridad. En los momentos en que estás a puertas cerradas, con la luz apagada, possom metida en la cama con las tapas hasta la cabeza, sintiendo el peso del aire caliente que emana de tu nariz, sentir como éste se impregna en las  sábanas y de alguna manera se devuelve a tu cuerpo. Es el momento en que el cerebro reacciona y busca respuestas a las preguntas. Respuestas para todo. Respuestas escondidas, respuestas aparecidas que no querían ser descubiertas. Respuestas que a veces no sirven de nada. Ni siquiera al consultarlo con la almohada.
Da rabia saber que hay gente que prefiere la aprobación social a la felicidad verdadera. Gente que cree que con el autoengaño estarán mejor que con la fidelidad a sus principios y sus experiencias de vida y de sensaciones. Gente que dice ser feliz para que el resto le crea aunque en el fondo sabe que no hay otra felicidad que aquella que está afuera y que no es capaz de salir a buscarla, de encontrar su propio camino.
Hay gente que vive una realidad obligada y que de noche, o en algún momento en que se encuentre solo sabe que debe hacer algo por cambiarla pero no es capaz. La felicidad es difícil, pero más lo es cuando saben que tienen que tomar una decisión aunque se quedarán mirando cómo ese momento se aleja de sus manos, se lamentarán en silencio y volverán a su falsa felicidad. A ese mundo que si bien tiene ciertos elementos de los que no se quejan, está marcado por las apariencias y por gente que tomó decisiones en su lugar para que todo sucediera como tenía que suceder. Para que todo fuera "perfecto", para que nada se saliera de su rumbo.
Creo en el destino, creo en las vidas pasadas, creo en la reencarnación. Creo en los karmas. Creo en la verdad. Creo que los ojos no mienten (bueno, las caderas tampoco, pero eso es otra cosa). Y por lo mismo, creo en las oportunidades, en la intuición que te acerca a alguien, en la capacidad de reconocerse en el otro en algún momento. Creo en la opción que te da la vida de reconciliarte con vidas pasadas.
Y el tiempo, es lo que te demuestra lo que valen las personas. No se puede obligar a no vivir feliz. No se puede seguir el temperamento social de alguien que no nos identifica en absoluto. No hay obstáculos ni dificultades. Esas se inventan por uno mismo como excusa para no asumir, para no querer reconocer lo que sucede con determinada persona o situación. Estoy convencida que el tiempo que puede una persona estar ligada a la vida de otra es lo que marca la diferencia.
Y hay hombres y mujeres que sienten que 
para que cierto detallito no se escape 
recurren a opciones desesperadas que dan pena. A mujeres y hombres que necesitan tener un dominio constante de la situación. Y que se juran maduros, cuando la vejez en la cara es lo único que tienen de madurez.
Pienso que todo lo que acabo de decir le sucede a mucha gente que no es capaz de seguir el camino que la intuición le dicta. Porque es difícil, porque es más cómodo estar así, porque es mejor hacer la vista gorda y volverse caballo para caminar por el camino "recto". Sería más entretenido reconocer el error y no querer seguir perdiendo el tiempo. Pero no, hay gente que es más porfiada que la felicidad. Que no han captado la señal que ciertas pausas que la vida les ha dado y que no se han dado el tiempo de meditar o querer avanzar por otro lado.
Me encantaría que todos los que tengan que salir del clóset lo hicieran, que todos los que tienen un amor pendiente en la calle o a la vuelta de la esquina lo reconocieran y fueran felices, que todos aquellos que tienen un sueño pendiente lo realicen, que todos los que no están con quienes quieren por opción salieran por la puerta. Sería lindo, ¿no?, pero dudo que lo hagan. La conformidad es más fácil que arriesgarse por el futuro.
Los riesgos son entretenidos. Vale la pena jugársela por ello. Aunque implique quiebres, salidas, desapariciones, escapes.
Aún así, tengo claro que todo no depende de uno. Míster Tiempo da la razón, pero a veces, es demasiado tarde. Y ahí muerdes la almohada, te baja el remordimiento. Te encierras en el baño pensando en qué hacer. Y sabes qué hacer. Pero no lo haces. Es mejor apagar la luz y dormir. Contradictorio, ¿no?

10.4.07

Fuguet y el vicio de escribir

Estoy leyendo el último libro de Fuguet y en tres horas ya voy en la página 200.
Me atrapó, me comió, me abdució por completo con sus ideas locas, sus postulados y las visiones de literatura que hay en su perturbada cabeza. Fuguet me firmó un libro en la feria que se hace en la Estación Mapocho todos los años y me dijo "el periodismo no se estudia, se vive.". Maestro, ídolo, genio, cinépata a mil. Nadie entiende mi amor por Fuguet, pero yo sí y sé que es por una obsesión con el poder de la palabra, con el poder de contar cosas, de destruir y reconstruir la realidad para crear otras distintas, ya sea en ficción o en metarealidades escritas. Metaliteratura.
Lo bueno es que en este libro mi ídolo entrega datos para ser un escritor, no sé si un buen escritor, pero al menos te da fuerzas para comenzar la tarea y entregar a la mano el poder sobrenatural de ordenar las ideas que hay en tu cabeza, que se conectan con tus historias, con el pasado, la vida misma, las sensaciones, las películas, las canciones, los pequeños momentos, los instantes que perecen. Todo puede ser plasmado en el papel, el problema está en cómo lo plasmas para que no sea más de lo mismo.
No hay que plagiar, no hay que inventar. Se debe escribir de lo que se sabe, de lo que se palpa, de las emociones sentidas. Por mucha ficción que exista debe haber una raíz que nace de lo verdadero, de las fotografías tomadas, de los negativos que se quedaron en el olvido.
Fuguet habla de Fresán, un tipo que es mexicano y cuyo libro Mantra, habla sobre la vida futurista del Distrito Federal. Hace un tiempo ví ese libro, que en la portada tiene a uno de esos tipos que pelean en la lucha libre con máscaras brillantes y todo eso. Estuve a punto de comprármelo. No lo hice. Lo voy a buscar. Fresán es la segunda biblia para quien quiere escribir, según el autor de Mala Onda.
El libro se llama "apuntes autistas" (así, con minúscula), es autobiográfico y enriquecedor. Muchas memorias, muchos apuntes, muchos hoteles, muchas historias. Pero no es un libro para quienes lo odian. Por ejemplo, no es el libro que leería el maldito de Zambra. Es un escrito para sus seguidores, para los que vieron "Se Arrienda" y quedaron enganchados. Para los que leer "Mala Onda" fue el reflejo de una generación. Para los que se emocionaron con "Las Películas de mi Vida" y para aquellos que a pesar que piensan que "Cortos" fue una pérdida de tiempo, igual lo tienen en el estante con el resto de la colección.
Eso es fanatismo, digo yo.
Creo que comenzaré a escribir un libro.
No sé sobre qué.
Quizás sobre teatro, amantes y amores imposibles.
Sería una buena mezcla.

7.4.07

Luna caída


La luna llora sangre, respira aire y bota muerte, venida de la luz oscura de los hombres que roen su destino.
La luna está en el fondo del mar, reflejada en su propio laberinto líquido, en su interior quieto y transparente.
La luna no está llena, está menguando, dejando fluir sus líquidos, como las mujeres cuando emanan energía cada cierto tiempo.
Respira aire y bota muerte.
Reflejada en su propio laberinto líquido.
Dejando fluir sus líquidos.
Venida de la luz oscura de los hombres que roen su destino.
En su interior quieto y transparente.
Como las mujeres cuando emanan energía cada cierto tiempo.
La luna llora sangre.
La luna está en el fondo del mar.
La luna no está llena.






1.4.07

Pequeñas bestias


El cuerpo necesita liberarse de los demonios que acechan la mente y la maltratan, la deforman, creando laberintos que a veces no vale la pena seguir, pues sabemos que su destino no tiene puerta de salida. Depende de las circunstancias del alma y de aquellos recovecos de liberación que cada uno descubre en su interior y los intenta proyectar para sí.  Luces en la oscuridad. Algo sabido por todos. Claro que más al nivel de la oscuridad que de la luz. El Laberinto del Fauno, perfecta metáfora para lo que acabo de decir.