31.7.06

Con Agosto encima

El día puede ser de color blanco. Con la mente sin pensar en nada y la necesidad de estar en paz, tranquilo, sin querer hacer ninguna cosa que tenga que ver con la cotidianeidad de todos los días. Quisiera abstraerme y volverme aire. O quizás sangre, porque así podría recorrer tu cuerpo sin la necesidad de salirme de él. O tratando de imaginarme ciertas cosas a la distancia, desde el corazón, desde la mente, desde la imperiosa necesidad de intentar conectarme contigo para poder seguir ese reloj sin rumbo que nos inmuta de cuando en vez.
Estoy de viaje. Lejos. Lejos de Santiago y de su asquerosidad urbana que me hace extrañarlo todos los días. Lejos del ruido, del smog, de esas cosas que se hacen todos los días casi automáticamente sin esperar que nada varíe. Por favor. Que todo siga igual sin que nada importe. Sin que nada sea realmente fundamental. Que baste con caminar y respirar.
Anoche he vuelto a soñar con unas escenas estilo Eyes Wide Shut (la película de Kubrick) Había mucha gente en una fiesta. Era una fiesta extraña, porque estaban todos con máscaras pero sabía perfectamente quienes eran cada uno de ellos. Raro, porque a pesar de estar en la fiesta yo estaba ausente, como ida, como si estuviera pero al mismo tiempo no, y los observara a todos desde afuera. Después me encontraba con gente conocida y desaparecía del lugar para encontrarme en un bosque. Había una luna preciosa. Los búhos cantaban fuerte, pero no me daba miedo. Las estrellas brillaban más que nunca. Creo que es porque acá en el sur las noches son limpias y claras. Como los gatos cuando maúllan en agosto. A veces ellos no te dejan dormir. O simplemente como mujer, sería más fantasioso soñar como ellos. Encima de los tejados y con las garras escondidas. Cual fantasma cualquiera. Existente o no. Me siento como una gata. Felina y delicada.

27.7.06

"Proverbio"

La vida evoluciona al ritmo de cada uno. O sea, hay más de miles de millones de ritmos que dan vuelta en torno a la tierra. Miles de ritmos que carecen de una orientación lógica, aunque dentro de su cabeza ellos crean que están bien.

Contratiempos de humedad

Hay ciertas cosas que no aguanto en estos meses y es la gelidez que inunda la ciudad después de la lluvia, ese frío que congela hasta el cerebro y que en las mañanas convierte el acto de caminar en una peligrosa odisea si es que no se va con cuidado. Eso no es todo. Hasta mi alma se ha congelado. Me he vuelto un poco indolente y la gente débil suele no importarme demasiado. Quizás estoy demasiado preocupada por mí, pero eso no me importa. Estoy a punto de irme de viaje. Vacaciones de invierno, un privilegio para mi cerebro que ya no da más. Necesito descansar y relajarme. Olvidarme de Santiago y todo lo que ello implica. Soñar, cuando se pueda, que Los Andes es sólo un lugar en el mapa y no el maldito sector al que debo llegar a trabajar todos los días. Hasta mi espíritu se ha congelado. No he podido desarrollar ciertas cosas que otorgan calidez a mi vida.
Ayer, mientras miraba la nieve que caía sobre mi casa sentí el poder de la soledad. Estar solo hace bien, pero si es por mucho tiempo hace daño. Creo que cuando ves los copos de la nieve que caen y caen sin parar, es porque ciertos poderes de la naturaleza te hacen ver lo insoportable de ser humano, de no poder ir por la nieve sin volar, o de tener cuidado para caminar, porque o sino te caes. Nadie puede ser súper héroe y nadie puede dejar de serlo....podremos ser sobrenaturales quizás si tuviéramos el poder de liberar nuestra propia alma. Y ni eso podemos. Ni eso, porque ni Dios tiene rayos equis. Dios existe por el poder del alma. Es cuestión de creer, algo complicado pero divinamente superior a cualquiera.
Si pudiera cambiar las estaciones del año elegiría vivir en un eterno verano, en el que nadie se agobiaría por la falta de calor o por lo ridículo que puede llegar a ser ponerse a sentir los rayos del astro rey en un día después de la lluvia. Por lo menos el escenario cambia. Hay colores y con ello vida, armonía, necesidad de evolucionar.
Me voy de viaje. Me gusta viajar. Cambias tu vida por unos días. Sea donde sea que vayas y por el motivo que surja. Sin contratiempos. Sin sentir que en este preciso instante lo único que no puedes cambiar es que un aire gélido sobrepase tu ropa y te haga sentir la nariz como una porción de helado sin sabor. Más que sea.

21.7.06

Obsesión lírica

García Lorca. Ignacio Sánchez Mejías. SANGRE, MUERTE, RITMO QUE CAE LENTAMENTE. Cierta locura preñada en versos que son escenificados por cuerpos que caen...Y las cinco de la tarde...¿se han transformado en la hora fatídica?, esa hora de las emociones...de las fatalidades que llegan juntas...
La amante de Ignacio a las 5 de la tarde.
Malditas cinco de la tarde. La hora trágica. La hora de la muerte que hace olvidar las doce de la noche. Nadie quiere saber acerca de las cinco de la tarde. Se deja de respirar, los pájaros huyen lejos. Un niño muere, un hombre se suicida, una anciana se tira de la azotea de un edificio. Las hojas se detienen y los amantes dejan de estar juntos para separarse en un vuelo de soledad. Soy la mujer que se pinta de sangre para evadir la muerte de su amado y a la vez, aterrada por las cinco de la tarde, que como un martillazo se repiten una vez tras otra en mi cabeza, hasta volverme loca, hasta dejarme ida, hasta atarme fuera de la realidad por la pérdida, por no querer reconocer la pérdida, por el miedo a la pérdida que me marea, me envuelve, me disloca. Soy la amante errante, la amante de Ignacio sola, herida por una causa del destino no esperada, sentada en una silla, luego volando, reptando por el suelo, enroscándose y a la vez marcando mi cara con la sangre de mi amado, mientras las campanadas de las cinco de la tarde resuenan en mi cabeza. Y las teclas de un piano, las teclas de un piano melancólico me recuerdan esas campanadas de ese fatídico día. No puedo escuchar las teclas de piano. Tristes, solas, abandonadas, con la carencia de lo afectivo, el amor que ya no está, ese hombre valiente que se fue, mi hombre valiente, el que esparció su sangre por la arena para dejarme sola, para abandonarme, para dejarme volar por los aires sin alas. He comenzado triste, de a poco me vuelvo loca. Me mancho de sangre, me ciego los ojos. Soy una mujer que pulula por un terreno sin lugar, sin nombre, sin sonido, sin sentido, que se encierra en sí misma, en su recuerdo, que termina con los ojos vendados y que así, una y otra vez, como Prometeo encadenado, siento que los pájaros se devoran mi alma para recordarme el dolor del hombre, mi hombre, que ya no está.
Lo recuerdo, lo siento, lo huelo, lo deseo aún. Recuerdo su piel, su olor, su tersura, su deseo. Recuerdo sus caricias, sus palabras, el movimiento de su cuerpo al momento de torear. Quizás podría estar simbólicamente en una silla en el centro de una arena de toreo. \n Estoy sola, sin público, sin gente. Sólo yo y mi pena.Siento vino. Quizás soy alcohólica. Me he vuelto alcohólica y en medio de ese éxtasis de dolor podría confundir el vino con la sangre de Ignacio. La bebo, la siento, la huelo, me la paso por el cuerpo, pensando que se acopla con mi piel y así él vuelve a ser parte de mí. Y se marea más que con el alcohol mismo. La sangre, el vino, quizás para mí Ignacio era mi ídolo, mi Dios, mi "Jesús".
PD: Mierda, mierda, mierda

Loura...

Ser rubia, aunque sea falsa (al final da lo mismo) me da un cierto aire de seducción que con el pelo oscuro no me funciona. No sé porqué, quizás es al tener cara de niña, o cierta sonrisa malévola que da un aire distinto a la cara. Hasta me sentí feliz. Incluso antes quería volver a ser colorina, como en los tiempos de la Uniacc, pero me dí cuenta que no es lo mismo. Así que vuelta a decolorarse el pelo, enjuagárselo, echarse la tintura clara y esperar. El resultado no fue lo que quería en un ciento por ciento, pero al menos la cara se me vé más alegre. En suma, creo que un simple teñido te puede cambiar la vida y lo digo sin exagerar. Aunque algunos digan que las rubias no existen. Yo creo que sí y a mucha honra...hasta yo noto la diferencia al caminar por la calle. Se han dado vuelta a mirarme y eso, a cualquier mujer, la llena de orgullo. Es quizás el erotismo silencioso que implica el pelo claro. Ciertas señales que pueden ser interpretadas de una forma u otra. Tal vez es la manera de sentir que estás marcando tu territorio...y con zapatos de tacón alto, obviamente. Y sin sostenes, que más que levantar a veces terminan apretando, hostigando, ahogando el cuerpo.

No es olvido, no es desmemoria...es el paso del tiempo

He estado demasiado ocupada. A full en realidad. Llena de cosas. Llena de trámites hasta la coronilla. Y encima las cosas no van muy bien. Y con visitas del sure en la casa. Y sin mucho tiempo para hacer cosas. Aunque el fin de semana fue demasiado esquizofrénico. Mucho. Movimiento al tope. Carrete indie, su copetito piola y todo pasando en el Club Miel. Hace tiempo que no me pegaba una salida de esas, con harta adrenalina. Me sorprenden los cambios del mundo gay. Están más abiertos, pero las minas demasiado. Mucho. Se acercan y juran que les vas a dar la pasada de una forma u otra. Asusta. Es que yo soy hétero...obvio, se entiende. Y llegada a las 5 de la mañana. Y el mismo día despertar dos horas después. Para ir a Valle Nevado. Lo pasé el descueve. A las 7 de la tarde ya estaba zeta durmiendo. Para comenzar semana laboral.
La rutina me apesta. Me enloquece. Me lleva a extremos de ira que antes no conocía. Me gustaría despertar y que cada día fuera distinto. Cada día una aventura diferente. Algo así como estar en un reality, pero sin cámaras. Sin luces, sin mentiras. Menos mal que hoy es viernes y al menos la palabra descansar cobrará significado. Dormir hasta tarde. Comer lo que se me antoje. Estar bien, tranquila, relajada. Lo único que me falta -insisto- es irme a vivir sola. Paciencia. Ya vendrán los cambios.
Y es tanto lo que me agobia la rutina que hasta me había olvidado de él, pero no para siempre. Sólo por unos instantes. Ha aparecido en mis sueños. Bastante. Creo que de repente se siente sobrepasado por su propia vida. Absolutamente entendible, pero yo nada que hacer ahí, salvo el placer culpable de hacer sentir placer de manera escondida. Me convenzo que la vida te sobrepasa cuando no eres capaz de asumir ciertas cosas, pero ya es tema para otro discurso y podría ser enormemente largo.
Ahora estoy preocupada de escribir un cuento erótico. El límite entre el erotismo y la pornografía es sutil. Una línea demasiado delgada. Aunque la pornografía siempre ha sido sucia mientras el erotismo es un tanto provocador de sensaciones más que de mostrar explícitamente. Es cosa de pensar en fotos. Complicado decirlo con palabras. A veces el texto puede excitar más que lo explícito. Piensen en el furor de las hot line. Me dan pena esas personas. La imaginación suele ayudar bastante y lo digo yo, que me considero una mujer autosuficiente.
Creo que en este momento necesito inspirarme. Inspiración. Es difícil. Cuesta concentrarse, pero se logra de a poco. Es cosa de meterse en las ideas que se quieren construir. Y dejar fluir las palabras. Dejar fluir las ideas. Que el teclado haga el resto. Insisto en que me es más fácil escribir de ficción que de realidad. Debería haberme tirado hacia la literatura.
Como por ejemplo, que se me acaba de ocurrir lo siguiente: "Si los pájaros fueran piel, podríamos fabricar seda con sus plumas. Las tejeríamos uniendo una con otra y de esa forma, se crearía un manto de sensaciones capaz de crear los más húmedos devaneos de la mente". Es cosa de imaginarse el aleteo de un pájaro sobre la piel. Daría nervios, pero de los cosquilleos se pasaría a una costumbre exquisita. Como ciertos ritos a los que es imposible renunciar de una vez. Como el hecho de comer chocolate. O de tomar helados en un día de frío. O de ciertas pieles a las que es imposible decir que no. Y no es obsesión. Tampoco egoísmo. Es simplemente la manera de ver las cosas, que difiere de una persona a otra. O de una mente a otra...o de un alma a otro ser.

13.7.06

Niebla, malditas invisiones

Hoy, cuando volvía de mi trabajo a Santiago con la maldita rutina de viajar todos los días a Los Andes, me encontré con un mar de niebla que se tragaba los árboles, escondía los cerros, devastaba la presencia fortuita de los animales en el cielo y en la tierra. No había vuelos, ladridos, ni presencias esqueléticas en ninguna parte. El peso del sueño me cegaba la conciencia. La adormecía. La llevaba lejos, a aquellos rincones donde el cerebro se vuelve agua al estar en contacto con los sueños, los deseos, las incongruencias del ser humano que avanzan y retroceden cada cierto tiempo. Las incongruencias del ser mujer, de esa típica sensibilidad que agota, agobia, ahoga, vuela y sobrevive a pesar de los encomios de ciertos laberintos que se hacen presentes en oráculos invisibles.
Podría ser la versión femenina de El Principito. Una mujer en mente de niña que sueña con ver una serpiente dentro de un sombrero, visto como el cuerpo de una boa gigante que acaba de devorárselo. Sería la boa o el sombrero. O quizás una rosa pretenciosa que quiere un mundo sólo para ella. O un simple aviador que cayó en el desierto y está perdido. No podría ver triste al Principito. No concibo ser vista como alguien triste. No me gusta que me vean llorar. Tampoco que me vean vagar. La vida tiene altos y bajos. Me gusta que me vean volando.
Y vuelve la maldita niebla, con su manto semitransparente, que de tanta agua, tanto aire, tanto secreto envuelto en pequeños pedazos de recuerdos y miserias te atrapa, te ciega, te lleva a ciertos rincones que nadie descubre, más que tu propio explorador interno. Como una libélula. O una tarántula tratando de comer algodones. O nieblas asesinas, en forma de olas enormes, que te atrapan en sueños. Sólo si dejas la ventana abierta.

12.7.06

Manos

Dejar caer
Alucinar en mares invisibles
Navegar en el alma
Suelta mi mano, por favor
No dejes de volar conmigo...
Pero a la distancia
Tomando la existencia de ciertos puntos como irrevocables
Firmes
Existentes en tu mente y la mía
Y recuerda el punto de fuego de tu piel
Ese que toco y se desvanece cual varita mágica
En tí
En mí
En todo lo que tocamos tarde o temprano
No sueltes mi mano
No he soltado la tuya
Aunque no me sientas, estoy detrás de tí
Y te estoy tocando
Ahí
Donde el corazón lo transforma todo
Somos dos seres perfectos
En un universo que no nació para los dos
Y esperaré
Todo lo que sea necesario
Para tomar tu mano y caminar
Aunque sea a la distancia

Chica pin up


¿Sería pecado anunciarse en un medio público como una chica soltera? Esas páginas web me dan pudor...mucho, creo que ni tan urgido sería el patetismo de encontrar a alguien...es como andar con el vestido de novia en la cartera...o en el sostén. (Mejor dejarlo debajo de las medias donde nadie los vea).

Lejos del miedo

Recuerdo que cuando chica sentía el trombar de los truenos y relámpagos para correr a esconderme en un rincón. Esos ruidos me provocaban terror. Pese a que no han habido este tipo de fenómenos debo reconocer que la furia de la naturaleza me desespera...me vuelve loca y me hace querer huir. Arrancar. Incluso el sentir el viento con una furia increíble me hacía pensar que mi auto podía salir volando por los aires sin que alcanzara a sujetarlo. Algo así como el Mago de Oz pero lleno de pesadillas. Y un olor a humedad asqueroso, que casi me mata del ulular del viento que acosa mis oídos. Espero que esta tormenta acabe pronto. No me gustan los días nublados. Nací en verano y como una chica cálida que se precie de tal me agobian las bajas temperaturas. Debería huir.
Unos días atrás soñé que me iba a vivir a Isla de Pascua. No recuerdo haberme sentido tan bien en un sueño. Los moais al fondo, las palmeras danzarinas y el baile de las olas. Nunca he ido a Isla de Pascua. Al menos no en esta vida. Me gustaría estar en el ombligo del mundo y sentir que soy dueña de mi entorno. Al menos de mis propios horizontes. Y así, el miedo se me va y recuerdo que soy esencia de agua, en ella me envuelvo y puedo ser sirena de mis propios océanos. Creo que todos podemos nadar en aguas que nos pertenecen y cuyos terrenos dominamos a cabalidad. La vida depende del fluir de nuestras almas, del fluir de nuestras propias gotas de lluvia que, infinitas y líquidas, dejan de ser neutrales y se vaporizan en nuestro pensante. Vengo de agua y al agua me voy. No concibo mi vida de otra forma. Ni de otro sentido. Siempre hacia arriba, como una marea alta sin fin que envuelve a todos los que se involucran conmigo y con mi mente.

10.7.06

Quiero ser bailarina!!!!

Girar y girar en torno a mis pies...con alas invisibles, como un ángel caído de las puertas del infierno...eso siento...con tanta lluvia, con tanto viento...con sólo ser etérea mi alma es feliz...

5.7.06

¿¿¿Confundida???...con mareas entre círculos

Caminar entre las olas, a pleno vaivén oceánico puede ser casi imposible. Así me siento hoy. Terriblemente confundida. No sé si seguir en el mismo camino o buscar otro rumbo. O ambas cosas. No tengo la más puta idea. No puedo estar sin él, eso es obvio aunque diga lo contrario. Sé que en esta vida se tiene que avanzar, evolucionar, mover los pies y caminar. El corazón siempre ha sido lo más jodido para mis historias, para ese cerebro compulsivo que siempre sueña, quizás demasiado, quizás hasta encerrarse en un pequeño manicomio neuronal del que es fácil entrar, pero difìcil salir. Lo que más me gustaría en este momento sería conocer su laberinto por dentro y por fuera. Saber lo que piensa, lo que desea. Lo que siente. Lo que recuerda. Algo que siempre pienso es si ellos se acuerdan de nosotras durante cuál o tal momento. Lo más probable es que sí, pero de una manera muy distinta. Tan distinta como somos los dos, con esos cuerpos sublimes que de sólo tocarse comienzan a derretirse, a estallar, a transformarse en marea de sudores líquidos y aéreos. ¿Será cuestión de tiempo?, los relojes, o en el mejor caso los gusanos, me darán la respuesta.

4.7.06

HOY

Sólo digo que sentí una explosión demasiado exquisita. Voi e me potreste essere insieme sempre… se desiderate...sin comentarios! Un buen consejo: celebren los cumples de sus parejas en un motel...se sorprendrerán! Más allá de la lujuria es algo increíble. A pesar de 7 años de encuentros y desencuentros.