25.3.14

Retomar, jamás abandonar

He vuelto a mi querido blog. Te tengo abandonado. Ahora decido retomarlo y escribir todos los días. Escribiré de teatro que me apasiona y me mueve el mundo y las ideas. Hoy justo pensaba en la versión de una obra que espero hacer algún día. Es la versión teatral de "Maldita yo entre las mujeres". Ya está escrita la obra y se hizo una versión que no me gustó porque se alejaba del concepto feminista que quería abordar en la vida de Catalina de Los Ríos y Lisperguer. Me peleé con la directora por razones que no vale la pena poner en discusión. Siempre me he imaginado que la haría con mujeres vestidas de hombres. Diciendo el texto como mujeres. Incluso los hablados por personajes hombres. Es una forma de demostrar el poder de ser mujer en escena. También me pasé el rollo de "hacer el texto, darle forma al texto, darle vida al texto" con mujeres desnudas en escena. Pero todavía Chile no está preparado para eso, aunque eso no quita que algún día podría llegar a hacerlo. Tiene que ver con mi motivación interna como Actriz y Directora y para eso queda mucho tiempo. Además comenzaré a trabajar en dos proyectos y deseo dedicarles toda la energía del mundo para que salgan perfectos. Y hablando de perfección, creo que encontraría el nivel más elevado de mi actuación si es que la abordo desde la locura. La locura, ese estado demencial que lo trastoca todo en el cerebro, que para mí es símbolo de genialidad. No podría ser creativa sino tuviera una cuota de locura en mi vida. Me obsesiona el tema de la muerte, de la inseguridad, del desamor y la locura por el desamor. Podría trastornarme entera en escena, con tal de representar la vivencia del desamor. Esa falta de correspondencia por el otro que lleva a la total transformación de alguien que busca ser amado y no lo es. 
Podría dejar de respirar un segundo, poner los ojos en blanco y llevar el desamor al extremo drástico de desbordarme por completo. Alguien me dijo una vez que si hiciera Hamlet yo sería Ofelia. No encuentro nada más absurdamente loco que Ofelia. Ofelia no puede amar a Hamlet. O sea, puede amarlo, pero no puede entregarse por un hombre que está en un laberinto mental que implica un enredo familiar. Hamlet no puede amar a Ofelia. Tampoco puede entregarse a ella. Está limitado por su propia biografía. Y ella insiste. Sería como la Ofelia de Hamlet Machine. Esa Ofelia, desangrada en medio de los autos en la hora peak del taco, pidiendo que la salven de algo que es imposible. 
Yo soy Actriz y creo en la transformación. Me transformo en lo que quieran. Me transformo desde adentro. Esa es la verdadera actuación. Dejo de ser yo para vivir lo que quizás jamás he vivido o lo que quizás siempre he vivido. Quizás soñar no es nada nuevo. Algo nuevo sería entregarme en escena sin darlo todo. Parece fácil. Es más difícil de lo que parece. Dejarse llevar con  los límites de la historia. Decreto, hoy, ser una buena Actriz. Ser Actriz. Y entregarme. El resto, que venga solo. Es mi sudor, mi lágrima, mi sangre, mi deseo. Nunca dejaré un escenario. Es el corazón que mueve mi camino.