26.6.08

Memorable

Algo mandado por la Carlita que es la pura verdad...qué emoshion...
La vida es corta,
Rompe las reglas,
Perdona rápido,
Besa despacio,
Ama de verdad,
Rie sin control,
Y nunca sientas remordimiento por algo que te hizo sonreir.

25.6.08

Un castillo encantado

Tuve un sueño de princesa negra. Y mi piel no cambiaba, pero estaba perdida en un baile de máscaras en un castillo enorme, con vidriales llenos de dibujos de colores, una escalera de caracol de mármol que no terminaba nunca y mucha música medieval entre medio. La gente bailaba y cantaba. Yo observaba todo desde la escalera, como si estuviese mirando desde fuera, como si un vidrio de cristal me separara de ese mundo festivo y bullicioso. Quise entrar, pero pasó el hombre de la máscara escarlata, quien de una mordida me llevó a una habitación que estaba llena de espejos y en el que yo pude observarme multiplicada por mil con un enorme vestido rojo, con una cola de grandes dimensiones. En mi mano tenía una copa de algo de color burdeo que después supe que era mi propia sangre expulsada de mi cuello por la mordida furiosa del extraño. No sentía dolor alguno y me pareció raro, pero lo ignoré enseguida. Me la dio a beber y me dio asco. Una mezcla gelatinosa bajó por mi garganta. Despacio, luego ligera hacia abajo. El me tomó de la mano y me dijo que bailáramos un vals. Tenía ojos de gato. Y me dijo mientras estábamos bailando que yo le gustaba mucho, que quería quedarse conmigo, pero que antes me tenía que mostrar algo.
En el sueño pasamos por un laberinto enorme, en el que algunas parejas se besaban lujuriosamente. Un hombre de gran tamaño estaba contra la pared y después pude ver que entre sus piernas había una enana con la cara deforme. Ella me miró fijamente y me asusté. El hombre de la máscara escarlata me sujetó la mano con firmeza. Respiró sobre mi cuello y me llevó rápidamente al otro lado de la fiesta. Al otro lado de la enorme mansión.
Allí había un convento, enorme, antiguo, como las grandes abadías. De pronto seis monjes gregorianos salieron con las capuchas sobre sus cabezas en dos filas. Al medio llevaban a un hombre. El hombre estaba muerto. No podía verle la cara. Lo depositaron en el riachuelo que corre entre unos juncos, suavemente y vigilaron con unas antorchas que efectivamente el cadáver bajara agua abajo.
En ese momento el hombre misterioso me besa y me dice que me cuide, porque lo que acabo de ver es lo que sucederá más adelante. Estoy de nuevo en esa fiesta mirando todo lo que sucede. El vidrio de cristal invisible me impide entrar a ese lugar. Dentro de la multitud un hombre con una máscara escarlata me mira y al fondo, sin que nadie lo note, aparecen seis monjes con las cabezas cubiertas por las capuchas, que se acercan a él sigilosamente.
No recuerdo nada más porque desperté. No entiendo que significa ese sueño.

24.6.08

Lágrimas de papel

Hay libros que me hacen llorar. Otros, que me hacen reír. Son los menos, los más que se me quedan en la cabeza son los trágicos, dramáticos, casi tormentosos para el alma.

23.6.08

Bailarina de las siete aguas

Mis aguas son siete.
Siete tonos distintos, siete temperaturas, siete profundidades, siete alegrías, siete colores, siete energías distintas.
Una me hace ser sirena, otra ninfa, la tercera diosa, la cuarta espíritu, la quinta esencia, la sexta clarividencia y la séptima ternura.
Sirena de mí en mi propio mar.
Ninfa de mi bosque, con placeres verdes y ocultos.
Diosa de mí, porque todo lo que está en mi mente está en mi mano.
Espíritu, porque mi alma tiene el poder de volar.
Esencia, cuando se vuelve pensamiento puro.
Clarividencia, porque el futuro se me abre en sueños.
Y ternura, porque tengo sabor a chocolate.

16.6.08

Copyright(r)

Lo que escribiste fue escrito por mí.
Lo que yo escribí se parece a algo que alguien escribió antes.
Lo que esa persona escribió fue un sueño que le contó alguien.
Ese alguien no lo soñó, sino que lo inventó cuando iba en la micro.
No. Eso no lo inventó, sino que escuchó que alguien se lo decía a otra persona.
Pero, ese alguien no se lo decía, sino que lo pensaba en voz alta.
Al mismo tiempo otro tipo escuchaba lo que él decía y lo escribía en un cuaderno.
El cuaderno lo leyó una mina copuchenta que iba al lado.
Ella lo escribió en la pared de un bar.
Y ahí fue que escribiste lo que yo escribí después, después de tomarte dos vasos de ron.
Primero en una servilleta (después del primer vaso)
Y luego enviado en un mensaje de texto (luego del segundo vaso)
Una foto multimedia, con la servilleta pegada en tu boca y el texto escrito ahí.
Sabías que no te respondería el mensaje.

Temblor

Hace pocos minutos acaba de temblar. Yo acá en el segundo piso de mi casa, sentada en mi escritorio, trabajando en mi notebook. Le tengo terror a los movimientos de la tierra porque implican ruptura, y aún siendo quiebres del suelo por así decirlo, son la ruptura de algo, de que ya nada es lo mismo, aunque este cambio se haya producido en unos segundos. En algún momento algo dejó de ser lo que era y es otra cosa. En todo momento, todo cambia y evoluciona, incluso si uno espera que no sea así o que si sucede no nos demos cuenta y de repente se tiene en la vista algo que conocíamos, pero ya no es lo mismo.
Por eso, digo que cuando tiembla hay que quedarse en el mismo lugar, o bien cambiarse de perspectiva, pero no perder de vista la zona donde estamos porque así es más fácil ver si algo ha cambiado efectivamente.
En este caso no cambió nada, aparentemente, sólo que las cortinas se movieron un poco, porque como la ventana estaba cerrada, era imposible que cambiaran de posición. Cuando uno sueña con temblores es porque algo importante va a cambiar. Creo que esa es la visión de los sueños que se apega a la realidad, en este caso.
El otro día soñé con hormigas, que devoraban mi cama y luego se subían encima mío pero sin devorarme a mí. Yo me las espantaba con la mano, pero no se iban. Quizás pronto venía un temblor y como los bichos suelen presagiar los movimientos de la naturaleza, reaccionaron. No me acuerdo si venía un temblor en mi sueño.
Creo que fue en su continuación, dos años antes, porque recién ahora pude entender porqué las hormigas llegaban en masa.

Happy Bunny


Todos piensan que los conejos son tiernos, amorosos, que aman el pasto, la zanahoria, los pellets, entre otros. También hay conejos antisociales. Son distintos. Uno de ellos es la creación de Jim Benton, un dibujante de cómics norteamericano, que dice que los conejos son la manera más efectiva en que los jóvenes pueden aprender a verse a sí mismos. Tiene unos libros para adolescentes que son la esencia de lo que él quiere mostrar a los jóvenes y no tanto...sus dibujos son simples. Me he identificado con algunos pese a que no soy adolescente. Ya pasé por esa etapa, pero creo que este Happy Bunny dice algunas verdades que pueden ser o evidentes o simplemente verdades, porque se manifiestan en determinadas situaciones de la vida o de la mente, según sea el caso.
Aún así, sigo pensando que los conejos son tiernos, perdón, que los conejos de la vida real son tiernos, no por nada tuve uno que tuvieron que sacrificarlo porque le dio no sé qué en la guata. Me dio como un electroshock cuando le pusieron la inyección y eso que lo llevó otra persona porque yo no era capaz de verlo cuando lo mataran y yo estaba durmiendo siesta en la casa. Al otro día se lo llevó el camión de la basura.

Carbohidratos out

Ya no más pan. No más pan en la dieta. No más pan con mantequilla, aunque me encanta. No más galletas de salvado, no más Kuky con chips de chocolate, no más queso, no más queso crema, no más, no más, no más, no más galletas de champaña, no más tallarines con salsa, no más combos del Burger King, no más, no más, no más....de verdad que el cuerpo me lo pide, con gritos de atención. Yo amo mi cuerpo, se supone que debería hacer dieta y además dejar de fumar, de tomar, de intoxicarme, pero vamos por parte, por lo tanto voy a dejar de comer como un chanchito. Es la primera decisión que he tomado para con mi cuerpo. Es que de verdad no me siento bien. Me gusta tener mi cintura bien marcada, me gusta que mis piernas se vean bien y no deformes, me gusta que mi trasero tenga un tamaño decente y no un porte que me da vergüenza vérmelo en el espejo, me gusta que me miren la cara y el cuerpo, me gusta dejar de usar zapatos altos y ponerme zapatillas todos los días para sentirme bien y no chata y chica, me gusta sentir los huesos que se forman debajo de mis hombros, después del cuello. Me gusta eso. Me gusta mi cara flaca y sin espinillas. Me gusta sentirme liviana, casi como si pudiera volar.
Y es difícil hacer dieta, con lo que me gusta el copete, pero sé que en la semana no tomo (o sea lunes, martes y miércoles) y que lo difícil es tener fuerza de voluntad. Ser fuerte. Ser potente. Ser de una férrea decisión de no comer más de lo necesario. Porque no debo. Porque no puedo. Y lo que no se debe hacer debería no poderse hacer. Y pienso en un pedazo de pizza que chorrea queso por todos lados, en unas papas fritas llenas de ketchup, en un antojo de chocolate, en leche condensada, en una vienesa cocida en el microondas y colocada dentro de una marraqueta caliente con un chorrito de mostaza, y bebida bilz o pap o kem piña...es tanta la tentación, pero sé que no voy a caer, sé que soy fuerte, sé que puedo. Todo sea por sentirme bien, por estar bien yo, por mantener mi cuerpo bien y complementarlo con mi mente.
Claro que tampoco me voy a volver zen o vegetariana, si es por un tiempo, hasta que me sienta bien y no me molesten esos rollos malditos que se salen de algunos pantalones cuando te quedan apretados. Lo otro es hacer ejercicio, pero ese sí que es otro cuento porque requiere de mucho más que fuerza de voluntad, al menos para mí...

10.6.08

La tormenta de los ojos

Hoy me tiritó la pupila después de estar tanto rato en el pc. Llego a casa y quiero estar tranquila viendo la tevé. Pero no, lo que pasa es que con tanto teje y maneje, la vida se me va en la tecnología y eso que intento entender la filosofía de Tao Lao Tsé y no comprendo nada, o muy poco, o quizás su esencia, pero se me olvida luego.
Propiedades del Tao
Tao es una nave sin fondo;
Usado por sí mismo, no se llena con el Mundo
No puede ser cortado, limitado, ocultado o inmovilizado
Sus profundidades están escondidas, ubicuo y eterno
Desconozco de donde proviene
Llegó antes que la Naturaleza.
(Possom, yo creo que el Tao es humano y eterno a la vez)

Tengo insomnio

No puedo dormir hasta que no apague el notebook y desconecte el wi fi.
No hay caso.

9.6.08

Parecido a los círculos

Yo no quería. Nunca quise. Quizás lo hubiese querido en algún momento. No. No era así. Era parecido a las tormentas mentales que se desatan en los pantalones de alguien. No importa si ese alguien es hombre o mujer. Y no hablo de sexo, ya que menciono los pantalones. Me refiero a eso que une la columna vertebral con las extremidades inferiores, que hace que al caminar tomes conciencia de tu espalda y de la proyección de ellas en las piernas, como si fuera un esqueleto tuyo dentro de otro esqueleto. La mantención de algo dentro de otra cosa generalmente se traduce como la continencia de algo en otra más débil o de menor importancia o simplemente porque siempre hay algo que está dentro de otro algo y por ende a veces puede que ese algo no quepa y se vaya a otra parte, como al cerebro, por ejemplo o a la sangre, donde circulará por un mapa más o menos conocido por más o menos gente que fue al colegio y estudió algo del sistema circulatorio o su similar, si es que la sangre se puede parecer a otra cosa. Yo sigo creyendo que la sangre es rara, brota y corre por la piel para provocar cosas. De todo. Cosas. Asco a mí y no tengo idea al resto de la gente.
Pero como estoy hablando en círculos, es decir de adentro hacia afuera en mi caso, recuerdo sentir, hasta ahora, un morbo inconcebible al comer carne cruda. Me encanta comer carne cruda. Me gusta sentir el sabor de la no cocción en mi boca y de como la saliva se une con ella para luego absorber su sabor salvaje. Eso no se compara con nada...ni con nadie. Y es por eso que al hablar en círculos se debe tomar en cuenta el acto de caminar. En diferentes posturas y distintas velocidadades.
Comencé despacio y terminé en el vértigo de mi estómago.

6.6.08

Precisión


En estos días quiero ser Clara, clarividente, la de "La Casa de los Espíritus". En cierta medida lo soy, pero me encantaría ver mi futuro en un espejo, o en una espada, como se lo ven las gitanas, en carpas de tela que brillan de día y de noche. Como el destino. Como mi destino. Como lo que me rodea que es prácticamente invisible.

Pecado capital designado: La Envidia.

No soy envidiosa, pero he deseado cosas que otros tienen.

Sin maldad eso sí.