29.9.09

Cirugía

Ella: La perdí
El: No sé qué buscabas.
Ella: Algo que quería encontrar.
El: Quizás no era el momento de buscarlo.
Ella: ¡Sí! era el momento.
El: No. No lo era. La luna no estaba clara.
Ella: No tiene nada que ver con la luna. Lo que buscaba, era algo que tú sabes bien qué era.
El: ¿Sexo?
Ella: ¿Una caja de fósforos?
El: Un camino perdido
Ella: El control de la tevé.
El: Una carta del tarot.
Ella: Era una carta.
El: La confesión.
Ella: No.
El: Sí.
Ella: Quizás.
El: No sé, no creo.
Ella: Una pequeña hendidura, eso era lo que se me perdió.
El: ¿Perdiste una hendidura?
Ella: Un pozo profundo.
El: ¿Te caíste en él?
Ella: No. Me quedé dormida.
El: Te lo robaron.
Ella: No. Me lo dejaron puesto.
El: Entonces, ¿cómo lo perdiste?
Ella: Me hizo perderlo.
El: ¿Cómo?
Ella: No lo entenderías.
El: ¿Y qué quieres haga?
Ella: Solamente escúchame.
El: ¿Crees que así volverá?
Ella: Difícil.
El: Entonces sabes donde está.
Ella: No.
El: ¿Te digo algo?
Ella: (Muda)
El: Ya sé lo que es.
Ella: ¿Qué?
El: Un pedazo de algodón.
Ella: No.
El: Sí.
Ella: No.
El: Pero no es un algodón cualquiera.
Ella: No entiendo.
El: Es EL pedazo de algodón.
Ella: ¿Y?
El: Está aquí, dentro de la casa.
Ella: ¿Me vas a hacer buscar un tesoro?
El: Tú sabes lo que es.
Ella: ¿Quieres que te lo diga?
El: Está envuelto, tú lo sabes.
Ella: ¿Debo sanarlo?
El: Sacarlo de la basura.
Ella: Maldito hijo de puta.
El: Sácalo.
Ella: No quiero.
El: Te da asco.
Ella: No.
El: ¡Entonces!
Ella: ¿Quieres hacerme el favor de traer aguja e hilo?
El: No va a ser lo mismo.
Ella: ¿Y?
El: No sé, no me imagino que tú estés cosiéndotelo.
Ella: ¿Ah no?
El: (Riéndose) No.
Ella: ¿Porqué mejor no me lo coses tú?
El: ¿Quedará igual?
Ella: No somos cirujanos, pero al menos enmienda tu error.

28.9.09

Rexpiro

De cada cara que llegaba al paraíso, se sacaba un par de pensamientos del cerebro que ocultaban, así, los muertos no perdían la memoria, al ver pasajes intermitentes de su vida en pantalla gigante...imágenes se le colaban por los ojos, y sentían que volvían a respirar, para del profundo aliento sacar fuerza de lágrimas.

27.9.09

Prometo

Encontrar mis fracturas escondidas
Tocarlas hasta sentir la carne y la sangre
Sentir su tibieza
No arrancar a su frialdad
Tocar los huesos
Sacarlos afuera aunque duelan
Tirarlos, para que la piel se desprenda de ellos
Dejarlos
Dejarlos que vuelvan a su forma natural
Y dejen de ser fracturas
Y dejen de ser heridas
Para transformarse en entes
Entes silentes de mi cuerpo
Entes silentes de mi alma rota
De mi alma rota en mil ventanas
Y así me dejen estar en silencio
Sin bulla interior
Sin ruido
Sin dolor
Sin fracturas

26.9.09

No es lo mismo

La diferencia entre un suicida y un no suicida es el freno del vértigo.
(Una mente endógena)

25.9.09

Rotaboca

Una fuerza invisible le tomó los labios halándolos hacia afuera.
Con fuerza, pero sin violencia y así sus labios se despegaron de la corteza ósea de donde permanecían fijos. Primero sucedió con el labio inferior, luego, con el superior y así los dientes quedaron al descubierto.
Y sus dientes, tan frágiles ahora, comenzaron a caerse uno tras uno, jalados por esta fuerza que se hacía más poderosa y que le causaba miedo, porque no sabía de donde venía. Poco a poco su mandíbula comenzó a ceder, a hacerse más débil, a cerrarse sobre sí misma una y otra vez, como un torbellino que se cierra frente a un agujero de viento poderoso.
Y así, con la "boca" cerrada, la fuerza entró por sus narices y comenzó a tirar la lengua hacia afuera. Costó, porque no tenía por donde sacarla. No tenía por donde. En algún momento la energía decayó, pero luego volvió con fuerza y la lengua derribó el lugar donde antes estaban los dientes y los labios.
Salió envuelta en un río de sangre. Era eso, eso parecía ahora, una lengua envuelta en un río de sangre. Y así salió disparada hacia afuera, hasta caer en su estómago, donde también se encontraban sus dientes, desparramados y los labios, cortados en dos. Todo junto y por separado.
Miró hacia el cielo de la habitación donde se encontraba, como pidiendo auxilio a un dios que no existía. Nadie hizo nada. No había nadie. Y ahora, con la rotaboca en su cara, salió a pasear por el patio de vidrio que rodeaba la casa. Una casa enorme. Una casa donde ella estaba sola, con la rotaboca suplicándole que parara el hilo de sangre que caía por las pequeñas comisuras que surgieron del lugar donde antes estaban los labios. Había dejado una huella interminable.
Una huella roja, por supuesto. Y en el lugar donde antes tenía la perfecta posición de aquellos anátomos que le permitían hablar, había un grito sordo que pujaba por salir. Un grito sordo y lleno de pitidos en las orejas.
La fuerza había desaparecido. Y la rotaboca giraba en su mente imaginando de qué manera el silencio había llegado a apoderarse de ella teniendo tanto de qué hablar, teniendo tanto qué decirse.

24.9.09

Huesos

Poco a poco la distancia que separa los huesos de la piel se va haciendo más delgada. Poco a poco la delgada línea entre los huesos y la piel se hace invisible, poco palpable, casi como una pared donde los de una pieza escuchan absolutamente todo lo que sucede en la otra. Y dejan que sigan hablando, sin reclamar por el alto volumen que en algún momento tengan las voces. O por el silencio que en algún momento se produzca. La piel detesta los silencios. Los huesos también. Quizás es por eso que necesitan sentirse juntos para provocar algún ruido, por pequeño que sea. De repente es mejor rellenar ese espacio o, como ahora, dejar que se vacíe, que se acerquen piel con hueso, para recubrirse, para protegerse, para sentirse más aliados en un mundo donde los rige una conciencia humana. Si los huesos hablaran, podrían decir las más de mil fracturas que ha tenido un hombre en toda su vida. O una mujer. O en este caso yo. Siento que mis huesos hablan cuando duermo, que se acomodan en la posición que a ellos no les molesta, y así generan una conversación silenciosa que a veces es potente y otras se confunde con los ruidos de mis pesadillas. Creo que de repente pelean con mi piel y otras veces, se funden en ella para hacerles compañía. La piel se deja. Mi piel se deja, pero de repente dejan de volverse uno solo, especialmente en la zona de mis muslos, para separarse. Y sienten la distancia. Se sienten muy lejos el uno del otro. Muy lejos. Se separan por una capa de grasa que los hace enemistarse. Y ahí viene el poder del cuerpo, que es el de dejarse llevar por la mente humana y disminuir las distancias entre los dos, las distancias entre hueso y piel, las diferencias entre hueso y piel.
Quizás sería una mezcla agradable triturar ambos en una juguera y después rellenar un elemento que no tiene forma con este compuesto. Quizás los huesos se fortificarían y en conjunto con la piel producirían un efecto similar a un yeso cuando cubre una fractura. Y dejar que se secara dentro de este envase al sol, a ver qué pasa, a ver si se pudren, a ver si tienen más poder que la sangre. Más poder que la sangre, que se concentra, se coagula, se disuelve o se bebe.

22.9.09

Extasis

Necesito un manicomio de libre acceso y salida.
Entrar para recuperarme.
Salir, para volver a la incongruencia.
Detesto las normalidades de la rutina.

...

La muerte ronda mi cabeza a veces. Esto se intensifica cuando llega la primavera. Quizás debería ser al revés. Sentirme encerrada cuando es día duro de invierno. Pero no...sucede que me alegran los días tristes. A veces, amanezco mejor cuando está nublado. Mi mente no sabe explicar porqué. Bueno, mi mente no sabe explicar muchas cosas. Quizás es porque ni a mi mente la conozco bien. A veces la he visto como una señora del siglo pasado, otras como un drogadicto irrecuperable, las más como un duende maldito, las menos como una telenovela. No conozco a mi mente. Creo que ella tampoco me conoce a mí. Algunas horas caminamos por rutas separadas o por caminos que están vacíos. Siempre veo a mi mente circular por un campo de rosas rojas. Siempre veo a mi mente que va y viene sin querer porqué. Como ahora, como en este preciso instante en que está oscureciendo. Lo oscuro, a veces, llama a la luz.
Caminé al REVES y encontré la salida...

Derivadaencontradaenelfondo

Una cruz en mi cerebro.
Dividió mi cerebro en cuatro.
En el norte de mi inconsciente.
En el sur de mi pesadilla.
En el oeste del ocaso.
En el este de mi caos.
Difícil perderme ahora.

21.9.09

Latires

"Alguna vez alguien me preguntó qué sentía cuándo hacía teatro. Le dije que tenía que hacerlo para ver qué le pasaba. Me contestó que no le interesaba hacerlo, sino saber lo que pasaba por mí cuando hacía teatro. No cuando lo pensaba ni lo imaginaba. Le contesté que la respuesta era difícil, pero para que se hiciera una idea más o menos de lo que me sucedía, era un efecto contra mí, de parirme de mí y nacer de nuevo, meterme la cabeza en la boca de alguna manera, hacer bajar esa cabeza por mi cuerpo y luego salir por mi vagina hacia afuera, convertida en otra, que no deja de tener esencia de mí. Es como desdoblarse sin perder el cuerpo ni la conciencia.
Esa persona me escuchó y me dijo..."estás loca" yo le respondí que sí, que estaba loca, pero no loca solamente, sino loca con descuadre y desmadre y que me sentía orgullosa de sentir esa locura, de percibirla, de saborearla, porque eso era lo que me recordaba a cada instante que estaba viva, que estaba viviendo de una u otra manera. Perdiéndome, en un plano diferente y entregado...pero viva, sin perderme a la vez".

Simple

Así lo dijo la machi, que no te espantes niña, que las sales se comen los males, dijo toda concentrada mientras bañaba la madera quemada en un polvo blanco. Más y más polvos tiraba la machi, convirtiendo la fogata en una asadera de espanto, en noche de luna naciente, botando los malos agüeros que eran de esta tierra y no tanto.

La obsesión de mí

Necesitaba la exactitud. Una rectitud mental en la forma de pensar. Luego, en la mañana al despertar, me dí cuenta que el 46 es un buen número. No me pregunten porqué, pero creo que la suma del 4+6 = 10, o sea 1+0 = 1 es la perfección.
Así de simple.
No puede ser tan difícil descomponer la vida en números, ¿no?

20.9.09

Parecido a la felicidad

Un espejo bañado en parafina...a punto de incendiarse...¿quién me presta un fósforo? ...el espejo va a estallar y en mil pedazos, habrán mil colores.
PD: Efectos especiales, que le llamo yo.

La flor del macetero

He decidido que voy a romperme en dos cuando no aguante más.
Eso me dijo una flor ahogada en un horrible macetero de porcelana.
Ah, agregó, y que no lloren por mí.
Nadie llora por una flor.
Es patético, me dijo angustiada.

El amor de mi vida

(Cursi, pero no)
Que sea alto.
Que tenga buenos dientes.
Que tenga buenas manos.
Que sea inteligente.
Que le guste viajar.
Que le guste tomar bourbon una vez al año.
Que sea artista (arte...Madrid lo dijo)
Que me cuide las espaldas y se cuide las suyas.
Que quiera tener un hijo.
Que sea clarividente.
Que tenga una buena situación económica (obvio)
Que me entienda.
Que sepa conversar en clave.
Que odie el cochayuyo y las berenjenas.
Que fume a veces.
Que me mande a fumar afuera.
Que tenga un perro o un gato o ambos.
Que le guste viajar dentro de sí mismo.
Que conozca los planos de la vida.
Que conozca una eternidad.
Que sea bueno para conversar.
Que le guste inventar historias para mí.
Que me cuente cuentos para que me quede dormida.
Que me interprete los sueños.
Que se emborrache de vez en cuando.
Que le gusten los animales.
Que le guste fumar marihuana de vez en cuando.
Que ame la filosofía.
Que le guste viajar fuera de sí mismo y dentro de mí.
Que esté cerca mío y lejos a la vez.
Que no me ahogue ni me ahorque.

DEFINO

He decretado que estoy loca dentro de mi propia conciencia.
Vivo dentro de mi propia realidad.
Invento cosas que veo y que escucho.
Me pierdo dentro de mí.
Me gusta la carne cruda.
Me gusta comer la carne cruda con ketchup.
Me gusta.
Me gusta sentarme en el wc para soñar.
Me gusta.
Me gusta imaginarme que hay seres imaginarios que me incluyen en su persecución imaginaria.
Me gusta la esquizofrenia, la bipolaridad.
Despierto borderline en medio de la noche.
Me gusta la oscuridad.
Detesto mi oscuridad.
Me imagino totalmente rapada con un asterisco en mi cabeza peleando con demonios que no existen.
Me gusta mi piel.
Me gustan mis dientes.
Me gustan mis dientes cuando muerden la carne cruda con ketchup.
Me gusta todo eso.
Me gusta lo genialmente desordenado.
La hipótesis de lo incorrecto.
El laberinto de lo invisible.
La fertilidad de mi útero.
El poder de los monstruos.
La falta de fuerza de mis pequeños músculos.
La infinidad de mi cerebro.
Mis ojos ciegos y profundos.
La realidad que vivo.
Esa que realidad que vivo e invento a la vez.
Mi belleza.
Mi profunda belleza.
Mi profunda experiencia a través de mi belleza.
Mi profunda experiencia a través de mi belleza cuando muerdo un pedazo de carne cruda con ketchup.
Mi profunda experiencia a través de mi belleza que desata mi clarividencia cuando muerdo un pedazo de carne cruda con ketchup.
Mi profunda experiencia a través de mi belleza que desata mi clarividencia cuando muerdo un pedazo de carne cruda con ketchup dentro de una caja en la que hay otra caja que me envuelve en otra caja y me lleva a un sillón de una casa de muñecas.
Así, me defino.
Me defino, así.
¿Quién lo entiende?

Muerte cerebral

Sólo las luces la colocaban inquieta. Nada más. Sólo las luces le molestaban. Nada más. Sólo la voz de él, del interlocutor, lograba calmarla en la medida justa. "No temas, lo que te vamos a hacer es simplemente un experimento". Y procedieron a inyectarle una jeringa en la cabeza. Una jeringa pequeña con una gran aguja que sorbía y sorbía su sangre con dolor, con gritos, con desesperación, con mareos, con luces salpicadas de sangre, con alevosía, con ternura, con mierda, con garabatos. Era eso, sólo era eso, una simple extirpación de su pequeño pedazo de sangre acumulado en el sector exacto entre los dos sectores de su cerebro. De su cerebrito. En los empalmes de su cerebrito, de su cerebruto, de su acumulación de sangre, sesos y venas. ¿Qué es más que un cerebro si un cerebro es sólo eso? Una máquina pensante dentro de nosotros que puede volverse lo que sea en un momento de extracción de sangre. Toda la gente se volvía loca. Loca, loca, loca, gritando por todas partes del estudio de la televisión, en que la extracción de la sangre cerebral se volvió un evento nacional para todo aquel que veía lo que pasaba. Era eso, una extracción de sangre. Nada más. Simple, sólo simpleza dentro de eso. Sólo simpleza, un acto científico convertido en aberración. Y ella, después de la extracción, sólo quiso sentirse su sangre liberada por la cabeza, sentir la textura, el sabor, la velocidad con que caía, los demonios que limpiaba, la limpieza que hacía dentro y fuera de su cabeza, el ritmo de los latidos de su corazón, que ahora estaba cerrado, porque con sólo esa extracción de sangre, se le cambió el ritmo de la vida, de los ojos, de los ojos cerrados, de sus fantasmas. Y el locutor, una vez que terminó el proceso le dijo "tranquila, ya hemos finalizado la extracción de tu sangre, ahora procederemos a limpiarte. Gracias por venir a nuestro programa". Y ahí quedó la jeringa, mientras a ella se la llevaban los productores a sacarle el maquillaje, la jeringa en una caja de vidrio. Sucia, expuesta, fresca, casi como una alegoría a su vagina escondida. Y ella, sintió que la sangre le bajaba al cuerpo, le bajaba a la mente, la llevaba de vuelta a los sueños. Y se quedó con la imagen de la jeringa, dibujó la imagen de la jeringa en un pañuelito dualette, lo guardó en su bolsillo, y al llegar a casa, después de bajarse del taxi, sintió el bolsillo mojado, la pierna mojada, el pie chorreado en sangre y una punzante aguja enterrada en su muslo. ¡Qué dolor, dios mío!, ¡qué dolor sentía! Era dolor del bueno, ese era un buen dolor, dijo mientras pensaba que quizás el agujero de su cabeza había sido demasiado profundo, demasiado agujereado, demasiado expuesto, demasiado intenso.

7.9.09

Coño

Soñé que estaba él, ahí, lúcido y me decía que éramos hijos del mismo padre. Es alguien con quien tenía una relación amistosa bien profunda que ahora no es nada, algo muy superficial, solíamos salir seguido. Paulo pensaba que yo estaba enamorada de él y por eso se alejó de mí, pero no es así, nada que ver, de hecho era Paulo el que aparecía en mi sueño, me contaba que su papá era el mismo que el mío, por lo tanto que los dos éramos hijos de él, que por eso estábamos unidos, que no había forma de separarnos. Que mi padre había sido el hombre que dejó embarazada a su madre y que después se marchó sin saberlo. Los miraba a los dos y veía que de alguna forma tenían la misma espalda. Me asusté de sobremanera. Quería despertar y no podía. Creo que es un lazo karmático. Quizás que en él de alguna manera proyecté la imagen de mi padre. ¿Porqué ahora? eso es lo que no entiendo. El no se parece ni de la manera más remota a mi padre. No se parece en nada, ni siquiera tienen el mismo color de pelo ni ningún ápice de personalidad en que se puedan igualar en algo siquiera. Creo que la respuesta me la dará otro sueño. Rogaré para que así sea. Aunque lo más probable es que la respuesta sea igual de complicada. ¿Me verá cómo su hija? No creo. ¿Sentirá por mí una obligación de padre? Difícil. Creo que se podría explicar por un lazo karmático. Tendré un sueño difícil, en el que me levanto, me acuesto y me vuelvo a levantar...

1.9.09

¡Taller de Introducción a la Literatura Creativa!



Primer Taller:

Introducción a la literatura creativa

“Para escribir no sólo necesito mi cerebro unido con mi mano, sino también mi cerebro unido con mi alma”

Comienzo:
Primera semana de septiembre (Domingo 6 de septiembre)

Finalización:
Primera semana de diciembre (Domingo 6 de diciembre)

¿Dónde?
Providencia 455 Depto. 605 Metro Salvador. 16:00 a 18:00 horas.

Duración de cada sesión: 2 horas

Costo: $20.000 mensual

Interesados escribir a morenamermaid2006@gmail.com

Edad: Desde 18 años hacia arriba. Sin límite de edad.

Materiales: un cuaderno, lápiz y un diccionario.

Objetivos generales

Generar producción literaria inédita. Al final del taller se entregará a cada participante un ejemplar que incluye todas las obras escritas durante el taller más un diploma.
Aprender a escribir de tal forma que se plasme en el papel lo que está dentro de cada uno: contar historias con sentimientos.
Generar vivencias reales y ficticias que desatarán el talento de todos los que participen.
Formar un grupo que genere una cultura de lo escrito, con estilos propios y creatividad.

Objetivos específicos

Aprender a describir objetivamente y subjetivamente.
Yo, persona, ente narrador y productor de ficción.
Generar literatura espontánea a través de la estimulación de la creatividad.
Descubrir la inspiración mediante estímulos externos: sueños, música, charlas, juegos, lectura de libros, remecimiento de la memoria.


Actividades a realizar:

Descubrimiento del quién soy yo literario

Yo escritor e inspiración

Sueños y creatividad literaria

Juego “Escribo con la mano del otro”: construcción narrativa en equipo

La música y mi potencial literario.

El cine como recurso literario: complemento entre la narración literaria y la narración cinematográfica.

Las noticias como eje de creación literaria: ¿Cómo yo escritor me beneficio de la realidad para generar un mundo paralelo en el papel?

Personajes, seres imaginarios, personas, situaciones reales y situaciones imaginarias.

Salida a terreno. Importancia de la libretita: Olores, sabores, temperatura, gente , velocidad, entre otros.
Experimentación geográfica para generar una visión interna y al mismo tiempo un mundo en el papel.

Experimentación con el recuerdo y la memoria: recuerdos propios, ajenos, fotografías. Narración oral v/s narración escrita.

Mi libro favorito y yo: La importancia de los modelos en literatura.

Disfraces e historias: uso de elementos externos para escribir una historia.

Energía y literatura.

De lo cotidiano a lo ficticio: de qué manera alguna actividad cotidiana me puede llevar a experimentar acciones físicas o mentales que me trasladan a un lugar imaginario.

Siete pecados capitales

Yo escritor y microliteratura.

Arte visual y experimentación literaria.

¡Los espero!