21.9.09

Simple

Así lo dijo la machi, que no te espantes niña, que las sales se comen los males, dijo toda concentrada mientras bañaba la madera quemada en un polvo blanco. Más y más polvos tiraba la machi, convirtiendo la fogata en una asadera de espanto, en noche de luna naciente, botando los malos agüeros que eran de esta tierra y no tanto.

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