30.12.08

Mis decretos para este 2009

(Todo se decreta porque si se pide es que se duda que se vaya a cumplir)
Decreto ser una mujer comprometida con un novio fiel
Decreto ángeles en mi camino
Decreto ser una excelente actriz
Decreto potencial de mi voz para cantar
Decreto viajar a Bogotá y a Buenos Aires
Decreto escribir un libro
Decreto hacer una exposición de fotografías
Decreto estar feliz
Decreto ser sana de la cabeza a los pies
Decreto buenas vibras y energía para ayudar a la humanidad
Decreto irme a vivir sola
Decreto locura para darle punch a mi vida
Decreto clarividencia, magia y poderes buenos
Decreto danza y corporalidad
Decreto arte y sensibilidad
Decreto belleza y armonía en mi cuerpo
Decreto sexualidad y sensualidad
Decreto literatura
Decreto verde
Decreto agua
Decreto riqueza, abundancia y prosperidad
Decreto manos para pintar
Decreto pies para caminar por los aires
Decreto pies en la tierra
Decreto sueños premonitorios
Decreto tener una mascota
Decreto ser mejor cada día
Decreto amarme para poder amar
Decreto que todo lo que caiga del cielo para mí, caiga en abundancia y frecuencia positiva
Decreto desdoblarme
Decreto energía mental
Decreto power de mí hacia los demás
Decreto amistad
Decreto que todo lo que tengo es bendecido por la energía positiva
¡Gracias Padre-Madre que ya has dado la orden que me sean concedidos!

24.12.08

Eclipse de pelos

La luna se enredó en un pubis imaginario. Se enredó y creció con fuerza en el descabellado asomo capilar. Dejó perderse ella misma en ese pubis. Perdió su blancura, su luz, su luminosidad. Ahí está ella, la luna oscura, dejándose mostrar entre las estrellas, mientras miles de sombras negras se dejan caer en la tierra, dejando todo más oscuro, la noche más oscura, las estrellas escondidas, el sentimiento perdido, el día desaparecido, secuestrado, jamás encontrado.
El día desaparecido fue encontrado en un pubis imaginario. Debajo de un asomo capilar que se escapaba y ahí dejó de ser la luna negra, dejaron de ser las sombras negras, el día continuó siendo aparecido, deslumbrante y vivo, aunque herido.

23.12.08

Embrutecía

Permítanme decirles ahora que estoy aburría de un cerebro grande, de tener tremenda humanidá, de no ser mujer linda-pero-tonta. ¿Tendré que pararme bajo tierra para encontrar a alguien que me tire la rienda?, ¿que me la tire bien tirá y no me suelte?

Ahí

UNO
En el mismo lugar, con la misma gente, a la misma hora, sentados en sillas separadas, con humo, un vaso de alcohol en la mano, se manda un mensaje dentro de un sector circunscrito en el que estamos tú y yo. Respondo, no me respondes.
DOS
Quizás era por algo.
TRES
En otro lugar, con la misma gente, unas horas más tarde, bailando espalda con espalda en mundos separados, con humo, un vaso de alcohol en la mano. No hay mensajes, sólo el roce. ¿Habrá sido el roce un mensaje?
CUATRO
Te siento, te alejas, te acercas. Te das vuelta, no te miro, miro al lado, miras al mismo lado. Sigues bailando. Apareces y desapareces. Te alejas con un vaso en la mano. Una hora más tarde te despides. Preguntas si me enojo, respondo que no, te vas.
CINCO
Te das vuelta y giro mi mirada para no ignorar los autos que me podrían atropellar por mirar para el lado equivocado. Minutos más tarde, que la indiferencia que propinas de repente es lo que hace que a veces las horas avancen más lentas. Te lo digo, a la distancia. Ya está dicho.
Pienso, ya acostada, con los ojos cerrados, con la cabeza dándome vueltas y por pijama sobre mi cuerpo sólo mi calzón rosado.

18.12.08

La copa rota

Con mil pedazos
Con mil estallidos
Con mil vidrios enterrados
Enterrados en mil puntos
En mil puntos de la piel
Ella
Ella dio rienda suelta al impulso
Y clavó
Ella clavó
Clavó mil puñaladas
Puñaladas inventadas
Pero mil puñaladas
En el pecho de un hombre desconocido
Por la pura rabia de haberse
Por la pura
Por la pura rabia de haberse
De haberse bebido
Bebido lo que quedaba

16.12.08

Cerveza

Marco había dejado la colila en el suelo. La había botado sin apagarla porque se le escapó de la mano y ahora la estaba mirando de lejos, observando cómo se consumía la ceniza. Su zapato estaba al lado y no podía mover el pie para volver a colocárselo. Siempre que tomaba cerveza se sacaba el zapato izquierdo por mala costumbre, nada más. Pero más que no querer colocárselo, su conciencia le avisaba que no podía, de ninguna manera. Comenzó a sentirse mal y la primera cerveza ya estaba en su estómago. Quiso pararse al baño y no pudo. Quizo alzar el brazo y tampoco fue posible. Se levantó y caminó como un zombie hacia la barra. Con una seña le pidió otro schop al barman. Alcanzó a recibirlo y luego se desplomó en el suelo y se dio cuenta que estaba paralítico del cuello para abajo. Le corría la baba por la boca y la cerveza por el cuerpo. Sus amigos se rieron y le dijeron que se dejara de hacer show. Cuando vieron que pasaban más de cinco minutos y él sólo miraba las baldosas rotas del bar, lo tocaron, lo remecieron, llamaron una ambulancia y salieron corriendo.

15.12.08

La somnolencia de los sordos

Orejas llenas de cerumen se apostaban en la almohada de ellos cuando pasaban más de dos noches sin dormir. Las orejas se despegaban de su cuerpo y en fila, se arrancaban a una pequeña velocidad, para hacer un espacio en las mullidas almohadas y sumergirse en ellas, específicamente en el espacio que queda entre la funda y la almohada misma hacia abajo, para obviar el peso de las cabezas de sus dueños. Y lo hacían con tal delicadeza, que el insomnio de los sordos no se difuminaba, sino que se volvía somnolencia, acompañada por dos hilos rojos que caían de los huecos de donde se habían fugado las orejas, de donde se habían transformado en sordos de verdad. Las orejas no los querían y se fugaban de su cuerpo cuando ellos no podían o no querían dormir. Cuando el primero de ellos se suicidó, las orejas de él escaparon con el disparo con el que reventó su cabeza, corrieron hacia el baño y se tiraron por la taza del w.c. Estuvieron flotando dos días antes que alguien tirara la cadena. Agradecieron no tener olor a mierda. Ahora eran orejas frescas que vagaban por los mares del mundo.
Y en todas las camas, que eran todas iguales, dos hilos de sangre seca que recordaban las noches de insomnio y la somnolencia del abandono.

11.12.08

No despertarse (mutis) MORBO
No levantarse (rictus mortis) NO MORBO
No tomar desayuno (atragantamiento múltiple) DERRETIMIENTO
No lavarse los dientes (suciedad mohosa) NO DERRETIMIENTO
No ducharse (levantamiento de los poros sutiles) LIMPIEZA
No vestirse (desnudez incompleta) KARMA DEL MORBO
No salir a trabajar (profundo desistir) SUEÑO
No volver de trabajar (no) RESISTENCIA
No tomar once (no comer) MAS RESISTENCIA
No comer (no cenar) DELIRIUM TREMENS
No dormir (no cerrar) SOL NACIENTE
No soñar (no dormir) DELIRIUM TREMENS

9.12.08

Crema en la cama

No tienes que ver nada. Tienes que permanecer de espaldas hasta que te diga que puedes verme. No hagas trampa, tienes que quedarte quieto hasta que te diga que puedes verme. ¡No me mires! Te dije que no me miraras. Ya, así está bien. Quédate callado y tranquilo. ¿Qué cosa? No, no tiene nada que ver contigo. O sea, es algo que voy a hacer para tí y no quiero que veas el proceso ni como lo hago. Es simple, es más sencillo de lo que parece. Tienes que esperar. ¿Cómo?, esperar no es nada malo, sólo tienes que encontrar la calma en la vida. Quedarte tranquilo, en silencio. Nada más y por favor, vuelve la cabeza contra la pared.
Ya, ahora date vuelta. Ahora sí. ¿Porqué me miras así?, bueno, eso es lo que quiero que hagas. Asì estoy ahora y tú sabes lo que tienes que hacer. Con cuidado si pues, obvio, tú sabes cómo hacerlo. ¡No!, eso no. No me gusta. Tú sabes que no me gusta. ¿Qué cosa? , ¿cómo que nada?, ah, quieres que me calle. Bueno, me quedaré en silencio.

8.12.08

El hilo rojo

Amarrado a la puerta en la manilla de bronce, seguía por dentro de la oscuridad para amarrar los pies de ella y de la otra ella, la madre y la hija, que estaban unidas por los pies, por lo que donde estaba una, la otra la acompañaba a la fuerza, a la fuerza de la costumbre, a la fuerza de la intemperie, a la fuerza de los no sentidos-no hablados-no dichos. Y ellas se quedaban ahí, solas, mudas, haciendo lo que tenían que hacer, cada una en su mundo propio, en su mundo cerrado, en su fiesta de orgullo y soledad. Hasta que un día el hilo rojo se cortó, y la oscuridad dio paso a la luz de los sueños no cuerdos que se unen en la mente de las dos ellas, quienes salieron, se dieron cuenta de su falso encierro. Dentro de la casa, una maraña de hilo rojo esparcido por todas las habitaciones de un lugar que, ahora, estaba vacío.

4.12.08

Decires

Una calla vacía. No una calle, una calla vacía. Una, o sea, uno, como persona. Yo me callo cuando no tengo nada que decir. Cuando me he vaciado. Y ese vacío es porque el silencio no dice nada. Insisto, el silencio no dice nada. Nada por dentro, nada por fuera. Tengo mi boca cerrada. Mi melena cortada, mis ojos cerrados. Tengo mis piernas cruzadas, mis brazos extendidos a lo largo de mi torso. Y estoy en silencio. No me digan nada, porque no diré nada. Me gusta estar en silencio. Una vez estuve toda una tarde sin hablar. Cuando dormí, soñé en voz alta. Siempre sueño en voz alta. Quizás por eso de repente me gustan tanto los silencios.

1.12.08

Diet

Odio lo que implica regular la alimentación. Para mí comer puede pasar de ser uno de los grandes placeres de la vida a un aborrecimiento interno. El aborrecimiento interno de un asco externo. Si pudiera dejar de comer lo haría instantáneamente, y si tuviera que atiborrarme de comida, obviamente que también lo haría. Alguien dijo que comer debiera ser un acto privado, en el que la mesa para compartir no existiera, sino que simplemente la gente consumiera sus alimentos en cubículos, sin conversar con nadie. A ese alguien le daba asco comer en público, porque el hecho de mascar, devorar, engullir, saborear, muestra los instintos animales más básicos expuestos ante todos. Dientes, lengua, boca, son partes privadas para ese alguien.
Alguna vez leí sobre un tipo que tenía un trastorno obsesivo compulsivo que solía comer una manzana en una hora, pues cada mordisco y el correspondiente proceso bucal duraba un minuto. Siempre acababa de comérsela en ese tiempo, aunque si se demoraba, la botaba tal cual habìa quedado a los 60 exactos minutos.
Una vez dejé de comer paulatinamente. Boté la comida a la basura. Me intoxiqué con Coca Cola Light. Botaba la leche en una planta del comedor. Pasado un tiempo, comencè a hacer todo lo contrario. Una vez hasta me dormí con un pan en la cama.