10.5.06

El (mi) blog es un estilo de vida

Para mí escribir es como respirar. Es beber agua cuando tengo sed. Comer cuando tengo hambre. Hacer el amor cuando tengo ganas. Eso para mí es escribir. Un derecho público e inalienable. Una necesidad biológica. Si no escribo, mi cerebro se va a la mierda. Bien lejos. Es como fumarse un pito de marihuana cuando quieres volarte e inspirarte. Y sentir de verdad. O mejor dicho expresar lo que sientes.
Para mí este blog es un estilo de vida, es la forma en que veo la realidad, la manera en que percibo mis sueños y muchas veces, la volada misma de expresarme, de gritar quien soy. Por eso, estoy a favor de que la gente escriba y se desahogue de cosas pasadas y futuras...aunque yo estoy más a cuenta con eso de "lo mejor está por venir". Siempre pienso que la vida sería mejor si todos pudiéramos escribir un libro con ella. Si todos, a conciencia, tomáramos un lápiz y plasmáramos lo que nos sucede en 24 horas día tras día. Todos los días, sin mayor inspiración que la de respirar. Lo que no es difícil. Y ahora que no puedo hacerlo todos los días, hay veces en que voy en un bus, en un taxi, agarro un papel o un pedazo de servilleta y empiezo a escribir frases. Unas tras otras. Frases sueltas, solas, pero que en algún momento tendrán sentido.
Ayer en la noche, en mi taller de teatro del Sindicato de Actores y Artistas sentí algo demasiado extraño. Un proceso de catarsis facilitado por la música y la necesidad de movimiento en el espacio. Pude sentir como mi cuerpo salía de sí y comenzaba a moverse en círculos, sintiendo la raíz primitiva del movimiento y la necesidad de bailar con ritmo. Y de sentir que te vas de un lugar y no estás en ninguna parte. O tal vez sólo estás en el aire y te dejas llevar por él. Siempre he pensado que es la modernidad lo que nos aleja de la capacidad intrínseca de ser capaces de crear por sí mismos.
Me encantaría poder volar. O simplemente despegarme del suelo por unos segundos. Es el sueño de lo imposible. Aunque alguien me comentó que la mente del ser humano puede lograrlo si se esfuerza. Si se abre, si el tercer ojo se proyecta en cualquiera de tus siete chakras. Estoy intentándolo. Cuando pueda pararme en el aire lo van a saber.
Otra impresión de mi taller de teatro es la necesidad de sacar la fiera que tenemos dentro. Anoche con el Franco por un instante sentí que nos fuimos en la volada y que efectivamente el animal que llevábamos dentro salía a la superficie. Me transformé en una pantera. Me transformé en una tigresa. Tenía ganas de sentir el olor a sangre. Y la catarsis resultó de tal forma que al volver a la realidad se siente un alivio enorme, un relajo total de los músculos y una respiración que de tan rápida se hace cada vez más lenta. Un pequeño orgasmo mental. Y eso que sólo estábamos siendo fieras. Yo, en algunos momentos puedo volverme fiera sin querer sentir sangre. Alguna vez dije que era una fiera en la cama. Lamentablemente el aludido nunca pudo comprobar la certeza de mi afirmación, aunque le aseguro que si conversara con el Sr. Corales se quedaría para adentro. Es simplemente una cuestión de piel, algo que también siento con usted aunque en este momento no es el tema que estoy tratando.
¿Porqué hablo de la necesidad biológica de escribir? porque para mí dejar un testimonio de mis pensamientos es proyectarme, es tener una intención, es decirle a todos lo que veo y lo que quiero o no quiero. Es profundidad. Es ser como soy. Cada una de mis letras representa una finísima vena que sale de mí y se va hacia afuera. Una explosión estelar que sobrepasa mis moléculas. Simplemente eso. Nada más.

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