4.5.06

Deshielos neuronales psicomágicos

Llevaba días esperando que apareciera. Al menos un atisbo de su presencia en este mundo. Una señal. Una aparición. Sentir que no he sabido nada de él me desespera. En serio. Puede ser demasiado caprichosa la observación pero realmente es así. Es lo que mi piel me dice y ante ello no hago más que doblegarme.
Mis instintos me traicionan. Saber que es una sombra no es suficiente, necesito verlo ante la luz, ante mis ojos, sentirlo todo y saber que seguirá bebiendo de mí. Que aunque estemos con vidas separadas, vidas distintas, nuestras huellas se encontrarán. Y dejarán marcas que a veces duran demasiado.
Siento, por otro lado, que tengo que dejarlo ir. Soltarlo y que continúe su destino. El problema es que me siento idiotamente débil para hacer eso. Y lo reconozco. Y no hago nada por redimirme. Pero es un error que me trastorna. Y siento que, a pesar de todo, a pesar de su hijo (aunque no tenga culpa alguna), a pesar de su vida en otro lugar, a pesar de las noches tan distintas a las mías, la vida no nos ha separado. ¿habrá algún ángel que se apiade de los amantes de sangre?, esos que se conocieron y no se separaron más.
O que intentaron dejarse, pero que por algún motivo sienten que un vínculo fuerte los une y no los separa. Como dos estatuas eternas, de Edipo y Electra intermitentes. O de Odín y Freya en algún destino inconcluso.
Esto daría para una eterna terapia con Jodorowsky, a quien considero mi gurú en estos días. Una buena terapia pánica. Tirar los cisnes con cuellos desollados a la galería de miles de espectadores con los ojos desorbitados. Y que gritaran de espanto, o se rieran o que aplaudieran a rabiar aunque sus caras estuvieran manchadas con sangre. O se quedaran callados y unas manos invisibles les hicieran tiras las encías mientras con fuerza desbocada les arrancan los dientes para poder perder la capacidad de hablar y de comer. Y de besar. Porque los labios hundidos no besan, todo lo contrario. Tienen la infinita capacidad de hacer daño.
Me imagino encontrarme con Jodorowsky en un suburbio de México, en un pequeño bar escondido. Habrían miles de velas negras y blancas. Me tomaría la mano, pondría la suya en mi frente y me echaría la cabeza hacia atrás para hipnotizarme. Me obligaria a bailar desnuda en la calle, despojándome de todas las ropas que traía puestas el día que lo conocí. Y debería decir un diálogo absurdo mientras la gente me mirara asustada y sorprendida. Una vez desnuda, debería meterme a una ciénaga de sangre y soñar que esa sangre me penetra. Y Jodorowsky observaría todo, me despertaría y me daría una señal en la frente para decirme que estoy curada. Y yo gritaría de espanto, del pánico de la fuerza de ese sentimiento, tratando de no mostrarme abatida ni rendida, dejando simplemente que el sueño me hiciese cerrar los ojos y corrumpiese mi anhelo de locura.
Y supe de él. Y quedé tranquila. Definitivamente algo hay que mi miedo a su pérdida es tan potente.
PD: La salmonella está a la vuelta de la esquina. Nadie sabe lo que come. Compren el libro "Psicomagia" de Jodorowsky. Vale 8 lucas y es muy entretenido. Claro que una vez que termine de leerlo se podrá tener un poco más de magia en la vida. Y de psicología también, aunque los psicólogos no siempre llegan a quienes quieren curarse. O a quienes los necesitan o los esperan. Como si todos tuvieran cara de liebre. Con dientes enormes.

2 comentarios:

Hermansineme dijo...

Quisiera tanto expresar opiniones respecto a cosas que aunque compartidas en la red, las siento personales, algo me inhibe, quizás la comunicación silenciosa que nos otorga la red, el sentir que estás ahí, pero no estás, que existes pero no existes.
No tengo el valor por mi parte en declarar la bruma que se cierne sobre mis pasos, pasos que no dejan huellas al menos en el piso, quizás en el camino de la vida.
A pesar de ello y respecto a lo que leo, bueno sería detenerse a la orilla del camino y luego sobre éste, en ambos casos verás que el resto pasa por tu lado mientras tu siempre estás detenida, sin avanzar..
Antes vi una foto al parecer de la bloggera autora, se la sacó a si misma frente a una puerta, anteojos oscuros en algo así como amarillo dorado o naranja pálido, en el reflejo de los cristales un brazo extendido sosteniendo una cámara..
Demasiado importante y positivo lo que se ve para pensar en estacionar el carro de la vida en medio de la calle..

Hermansineme dijo...

Otra cosa aunque un poco tarde:
Respecto a la nueva facha post peluquería.., paso; importa en todo caso que te sientas bien y la mayoría de los comentarios.