2.5.05

Una gata escritora

Soñé que le inventaba a la gente que me casaba. Que tenía un anillo con perlas que lo daba vuelta y parecía anillo de compromiso. La gente me creía. Pero después aparecía otro anillo en otro dedo y la cosa se enredaba. No me acuerdo en qué terminó el sueño. Hoy pretendo escribir el primer capítulo de mi libro. En tres semanas debo terminarlo y luego tendré que buscarme un agente editorial. Haré algo para las masas (obvio). Todavía no sé de qué se trata pero espero que salga entretenido y muy en mi estilo. No quiero copiarle a nadie. No quiero ser un Salieri. Necesito encontrar mi punto de partida original. Puedo y debo hacerlo. Seré mi propio agente.
Ando como un bebé gateando por toda mi casa. No soporto estar enjaulada. Es mi lado bestia porque mi libertad es mi valor más importante. Amo respirar el aire puro. Me identifico con un águila porque ellas vuelan donde quieren. Me carga no poder moverme. Aún así intento suplir esta falta de independencia con la libertad mental. Soñar, pensar y filosofar es gratis y ayuda a no gastar plata en el sicoanalista. Me encanta Juan Salvador Gaviota aunque empecé a leer los Papelucho para entretenerme. Era entretenido ser niña y no tener responsabilidades. Viviría en la tierra de Nunca Jamás. Todavía me acuerdo que cuando chica le celebraba el cumpleaños feliz a todos mis peluches. Hasta les cantaba y les servía torta. Algo así como Alicia en el País de las Maravillas. También era animadora y cantante popular. Hasta recuerdo ir en la parte de atrás de la citrola de mi viejo con la ventana abajo saludando a la gente de la calle como si yo fuera la Lady Di cuando se casó. Todavía me gustan los escenarios, pero con esto de la operación el teatro va a tener que esperar.
He pensado en irme fuera de Chile a la vida, a ver qué pasa. Pero primero tengo que terminar de escribir mi libro. Una vez hecho eso veré que hago. Me iría a México o a Barcelona, aunque Cuba también es una opción. En una de esas escribo mi segundo libro. Tengo ganas de volar, además como no tengo nada pendiente acá podría irme, pero primero debo escribir el primer capítulo como sea hoy. Hace frío y el pie de repente me molesta porque los nervios están acomodándose y dan como pequeños golpes de electricidad. Pero no impiden que sueñe. Ah! ya puedo fumar pero sólo cuando no están mis viejos. Me he fumado tres cigarros y soy feliz. Feliz, operada, soñadora y escritora. Así amanecí hoy, en un día que ya parece de otoño. Corre un vientecillo fresco que entra por la ventana de mi pieza. O sea, la pieza de al medio ya que para sobrevivir en cama me ayuda una cierta dosis de TV. Quiero caminar, ya me imagino a la gente que tiene sólo una pierna amputada. Pero sé que gatear me ayuda a moverme. Soy una gata, maullando entre los rincones de mi casa. Miau.

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