3.5.05

Pecadora con orgullo

Gula, soberbia, codicia, pereza, ira, envidia y lujuria. Soy una pecadora. Me gusta pecar. El ser humano que no peca no es ser humano. Nadie es perfecto. Yo tampoco. Creo que mis imperfecciones permiten que tenga ciertas huellas o sombras que hacen que mi visión completa externa sea más interesante que una pared blanca sin huecos ni hoyos de ninguna especie. Una chica con el techo que gotea. Una puerta que no se cierra bien. Un mueble en el que no caben todas las cosas. Un patio sin pasto. O un cactus sin espinas. Cosas raras pero buenas. Soy una mujer única (todos lo somos) y cuando hablamos de pecados, me encanta. Es como la radiografía al lado oscuro de cada uno.
Bendita Gula: Gata golosa
Cultura del exceso, comer por comer. Devorar. Sentir la comida en la boca. Expandir la guata con comida de sobra. Saborear, mascar y tragar. Extravagante, común y exquisito. Si es comida italiana o sushi mejor todavía. O chocolate, o manjar. También me gusta el tequila y la comida mexicana. Hasta que no pueda más. Amo comer y pecar con la comida. Me gusta jugar con la comida. Comer es un juego. Es ludismo puro. Hasta no dar más.
Alta y soberbia: Felina altiva
Caminando altiva por la calle, mirando en menos a todo el mundo, como si anduviera en unos zapatos de tacón de más de 25 centímetros, es una actitud que me encanta. Creerme la raja y saber quien soy. Tengo motivos de sobra para quebrarme. Y me gusta hacerlo. También exagero cuando hay gente que me cae mal. La soberbia no es mala, es parte de la subida de ego de cada uno. Hay efectos sorprendentes en el resto de la gente cuando la soberbia sale al exterior. Reconozco que es un arma de defensa. Pero no importa. Sé quererme y sé cual es mi autoestima. Como dijo alguien por ahí, sé lo que tengo, lo que llevo y lo que soy. Punto.
Codicia: hay días en que quiero tener por tener. Tener es poder.
Carteras y perfumes. Me matan. Muchas carteras y envolver la piel en muchos perfumes. Ojalá uno distinto cada día. Es un lujo que me doy a veces, pero que me encanta. Los perfumes me hacen sentir única y las carteras combaten mi obsesión cachurera de guardarlo todo, de dejarlo todo almacenado y a la vez desparramado por donde se pueda. En cada hueco una cosa.
Pereza: Close your eyes
Estar en cama todo el día. No despertar. Usar la tevé con el control remoto. Apagar después de hacer zapping. Mirar por la ventana y hacerse la idea que no hay nada que hacer. Darse vueltas y remolonear. Dormir mucho es lo mejor. También me gusta dormir con alguien y en el verano a pierna suelta y en pelota, cuando hace mucho mucho calor, especialmente en un país tropical.
Dime tu ira
Tengo ciertos tintes esquizofrénicos cuando la ira me domina. Nunca sucede o casi nunca, pero cuando aflora es terriblemente negativo. Un volcán en explosión. Me gusta dominar a la gente cuando la ira me sale. La gente que quiero nunca me ha visto con ira, pero sí las personas a las que no soporto ni soportaré. Me da ira ver a Pinochet. Me da ira la injusticia y también me da ira y rabia cuando no me salen las cosas como quiero. La ira es el descuadre de mis caprichos. Nunca he golpeado a nadie en un arranque de ira, pero si he maltratado con palabras. Lo que más duele. A veces me gusta que mis enemigos sufran por mi culpa. La ira desata la venganza, que después la serviré como un plato frío.
Envidia Light
No soy envidiosa. Nunca he sido pecadora en este sentido. Bueno, a veces. Pero esa envidia sana que le dicen, aunque creo que ninguna lo es. Más que envidiosa soy celosa. Y caprichosa. Me gusta que los hombres estén pendientes de mí cuando están conmigo. No soy una egocéntrica. Cosa rara, me gusta que me envidien, lo que sin duda está relacionado con el pecar de ser soberbia.
La lujuria es mi mayor pecado: Yo, la peor de todas
Adicta a lo carnal. Ardiente, seductora, cazadora de presas sin necesidad de comérmelas a veces. Es el pecado que más me domina. Dulce y fatal. Me lo han dicho muchas veces. No lo niego, soy una mujer de piel. El sexo para mí es sabor. Es sentir. Olfatear, tocar, oler, tomar, proyectar, soñar. No soy ninfómana, pero es importante para mí. Amar es estar. Cuando vivo la lujuria me entrego ciento por ciento y me desenfreno. Me sienten hembra y me gusta que me lo digan. Domino y me gusta que me dominen. Vivo las fantasías. Tengo muchas fantasías. Lo que más podría explicar mi sensación de lujuria es la piel, la química y el deseo. Mucho deseo. Deseo veloz y real. No me vengan con fingir que para mí eso no funciona. En todo caso me gusta más el proceso para así disfrutar el resultado. ¿Jugar?, también juego...pero no metan sentimientos. Forget the name and play the game dicen algunos...no pienso así. Más depende del momento y del lugar en que surjan las cosas.
Tanto pecado me ha vuelto loca. Todos tenemos pecados y listas de placeres. Culpables y benditos. Culpables porque somos humanos y benditos porque dejamos de serlo cuando estamós ahí. Hay gente que huye de sus pecados. Prefiero decirlos porque sé que me conozco.

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