12.5.05

Perséfone, o mi diosa escondida

Siempre supe que estaba ligada a algunas de las deidades femeninas de la época griega. Perséfone, la de los mensajes ocultos, los sueños y las predicciones es la mujer que me identifica. Yo soy Perséfone, puedo ser ella en cualquier momento y en cualquier lugar. Nosotras como féminas, somos seres poseedoras de energías y cualidades que mueven el mundo. Nos batimos por los cielos con la energía de nuestros ciclos, los que muchas veces van a la par con los movimientos lunares.
Puedo ser Afrodita o Venus, la diosa de la belleza y la fertilidad o, a la par con mi ciclo menstrual ser Pachamama la que entrega y devuelve la energía que la tierra proyecta en mí. Todas las mujeres somos vida en armonía. En mi caso, creo que la intuición se adueña de mi mente para dar luz a los laberintos oscuros que a veces se aparecen en mi camino. El camino es sólo uno, pero depende de nosotras si lo seguimos o no. Es el mensaje de las diosas, de mi diosa en realidad, aquella que me acompaña, me guía y me ilumina para seguir la senda que mi intuición me enseña.
Es difícil ser intuitiva, es un poder que no todos tienen. Una cualidad que muchas veces se manifiesta con fuerza en los signos de agua, léase cáncer, escorpión, acuario y piscis. Pertenezco a este último. También puedo ver el enorme caudal que el agua produce en mí. Liberación de los karmas y los espíritus. En Brasil también conocí a Yemanjá, la diosa del mar, que da y quita en la medida que uno le da y le quita también. Ahora soy Perséfone y lo seguiré siendo. Todas tenemos magia en nuestro interior. Es cuestión de creer y de trabajar en la conexión de uno mismo.
Y ojo, que los XY también pueden descubrir a su diosa, esa que les destaca el lado femenino. Es difícil conectarse, pero es más que nada el acto de dejar fluir la mente y el cuerpo para revelar los mensajes que están en los códigos del conciente y el inconsciente. La vida depende de los manejos que le demos y de los espíritus que nos rodean. Siento a los espíritus y a las deidades de la naturaleza porque están presentes en el día a día. Un soplo de aire fresco es energía que nos enfría.
Un rayo de sol en la cara es energía que nos aumenta la calidez. La naturaleza está hecha para ser sentida y así, con la presencia de las diosas cada día podemos ser más human@s.
Hay que volver al lado salvaje y dejar sentir en nuestra piel el peso de la historia y la humanidad. Hace miles de años las mujeres eran diosas y hoy podemos volver a sentirlas. Cada mujer u hombre puede tener miles de diosas en su interior. Un día podemos ser una y otro día podemos ser otra. Lo importante es descubrir la diosa que tenemos dentro, la que rige nuestro destino, para así conocer, en mi caso, el poder de fecundidad, de dar vida, de vivir infinitos partos una y otra vez, vivir el dolor, la sangre y la capacidad de reciclar las malas vibras para transformarlas en energía positiva. He dicho y he sentido. Perséfone ilumina mi camino.
He aquí una página para conocer el mito de esta diosa: http://embrujando.iespana.es/embrujando/Persefone.htm

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