El orgullo no sirve de nada. Parece que me dí cuenta un poco tarde. A veces se confunde la dignidad con el orgullo. Sigo a la pelea y aunque sea difícil me mantendré ahí. Mientras más me cuesta, más sigo peleando. Nada ni nadie me va a detener para lograr lo que quiero. Aunque otro se ponga una coraza encima. Sé que va a despertar. Sun Tzu y el Arte de la Guerra pueden ayudarme, pese a que mi objetivo en este momento no es mi enemigo precisamente. Es alguien que me robó el corazón mientras dormía y me lo sigue robando en sueños, porque me abre la ventana cuando está la luz apagada y es capaz de traspasar ls vidrios aunque diga que no. Y eso me encanta. No es un fantasma y con sólo mirarlo mis ojs brillan. Ojalá siga siendo mutuo.
No es que vaya a renegar de lo que dije, pero debo ser más objetiva. ¡Pies en la tierra, por favor! y que la luz divina me ilumine con fuerza. Sé que debo perseverar...y convertirme en Santa Andrea de la Santa Paciencia.
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