17.7.09

Recuerdos

Ayer leí, por milésima vez, el libro Sobredosis de Fuguet. Antes, unos minutos antes, cuando encontré el libro sobre el baúl de mi pieza aparecieron unas flores amarillas resecas entre sus páginas. Y de golpe, se me vino a la cabeza el verano, un lugar cerca de la cordillera. Mi auto, yo en la parte trasera muerta de sueño, tus manos y un par de bellas y pequeñas flores que me entregaste cuando estábamos prontos a regresar a Santiago. Me fui durmiendo con las flores entre mis dedos y la cabeza apoyada en un enorme bolso que no era mío.

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