20.4.05

Nacimiento

A veces en sueños siento que vuelvo al útero interno, que me siento feliz y renovada en un líquido tibio y reconfortante. Me vuelvo vida, me vuelvo agua, me vuelvo mujer con sentido. Pienso que los pasos líquidos son más importantes que la realidad en sí. Puedo sentir la metafísica de mi vida y mis historias que pasan ante mis ojos como un vendaval de percepciones. Me siento cómoda en el agua, a veces siento que metamorfoseo en un delfín o bien en un pez con escamas delicadas, todo en tonos dorados o azulados. Así, mi mente se vuelve un torbellino y mis ojos desaparecen para dar paso a una esfera de luz que me lleva hacia el infinito. Me vuelvo otro ser, sin tiempo ni espacio, alguien que sobrepasa las barreras de lo limitado. Puedo volverme aire sin la ayuda de nadie. Puedo sentir que esos poderes no dependen del resto, porque por mí siento que me transformo en esta sicomagia de lo no corpóreo. Creo que el parto puede ser doloroso pero a la vez sublime, es cuestión de tiempo y necesidad de ir más allá.
A veces me gustaría tener la capacidad de volar, o bien de cerrar los ojos y transportarme donde quisiera ir o estar. A menudo me gustaría poder penetrar en la mente de las personas que conozco. Duele nacer, duele aparecer en el mundo. Todos quisiéramos quedarnos en el útero interno sin problemas ni preocupaciones. Pero somos humanos, y debemos estar en el mundo real. Me ha costado poner los pies en la tierra, porque tiendo a soñar demasiado. Dicen que soñar no es un lujo, pero nadie ha puesto los ojos en los sueños para saber que pueden nacer de nuevo. De repente, es entendible que el mundo sólo sería mejor si tomáramos una decisión adecuada en el momento preciso. Nos permitiría nacer de nuevo. Siempre nacemos atados a los recuerdos y eso implica renacimiento. Es importante saber que cuando nos enfrentamos al futuro siempre queda un pasado en el interior. Personalmente siento que una llama fuerte me quema.
Anoche soñé con un circo de travestis. Hace tiempo que no tenía un sueño tan raro. Habían confusiones y caminos equivocados. Me encantaría hablar con Jodorowsky, creo que él me aclararía unas cuantas cosas, de volver a nacer y soñar, de revivir una y otra vez la vida que tuvimos hace mucho tiempo. Las personas somos una fuente de constantes nacimientos y muertes, pero nunca dejamos atrás lo que nos corresponde olvidar. No se puede olvidar. No hay máquinas que extirpen los recuerdos. Ni siquiera una droga que te permita hacerlo de manera constante. A veces me gustaría volver atrás y que todo fuera distinto. O bien, avanzar en el tiempo y dejar que las cosas fluyan como a uno les gustaría. Hace un tiempo leí el libro La Ley del Amor...y me dejó marcando ocupado. Por todo el flujo del eterno retorno. Creo que por el momento, fui una mala persona en mi vida anterior. Todo se paga acá en la tierra y por eso nacemos no una, sino miles de veces sin interrupciones. Está como para pensarla.

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