11.4.05

Angel sin alas

Si tuviera un huevo en mi mano estoy segura que no se quebraría, que podría subir a la cima de la montaña, mantener el equilibrio en un pie, tararear una vieja canción de memoria y seguiría el huevo impasible en mi palma. Diría que es un fenómeno de fuerza mental redimida en las neuronas de la fantasía. Soñar te hace fuerte. Te despega de la realidad sin necesidad de prender la televisión. Soñar es volar sin alas, dormir sin cerrar los ojos, proyectar sin cambiar de tiempo ni de espacio. Amo soñar. Digo que soy un ángel sin alas. Alguien que vuela por el simple placer de ser libre. Me gustaría ver la tierra desde las alturas y de improviso ser El Principito, uno de los libros más hermosos que hay. A veces miro las nubes y me imagino entes que están en el cielo. Me gusta sentir la hierba bajo mi espalda y el viento fresco en la cara. A veces cierro los ojos y me imagino que estoy en una nube, que vuelo y cada vez que avanzo me despego de la tierra hasta ver mi mundo del tamaño de una pulga. No me da vértigo, pues creo que soñar es la capacidad de los seres humanos de dejar el cuerpo para volverse alma, sentido y corazón. Me he encontrado en sueños con amigos y enemigos, he llorado, gritado, despertado y vuelto a soñar. Una vez soñé que era la Virgen María, que estaba en una cueva acompañando a un hombre que no era Jesús. También he soñado que soy un hombre y que estoy en el trono de un castillo inexistente dominándolo todo. No me gustaría dejar de soñar. La dictadura que más me dolería sería la que prohibiese el sueño de los hombres y mujeres. El onirismo me satura de tal manera que a veces creo que no podría vivir sin soñar. Una vez soñé que escribía y que me gustaba lo que leía. Este sueño se ha hecho realidad. Ahora sueño con escribir un libro de más de 600 páginas, una historia interminable. No quiero hacerme famosa escribiendo pero me gustaría que lo que escribí se vendiera. No serviría para ser una chica de marketing, pero menos mal que soñar es gratis y no cuesta nada. Nadie paga en Falabella para soñar. Ahora lo que necesito es apegarme a la realidad y luchar por lo que quiero...estoy segura que lo sueño y aún así podré sentir que lo tengo en mi mano. Como el huevo que no se quiebra, que siempre permanece impasible a pesar de lo frágil de su cáscara.

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