17.3.09

El Ahogo

Ella: Hace calor.
El: Voy a hacer una llamada. Necesito hablar con alguien.
Ella: ¿Me puedes dar un vaso de agua?
El: Claro.
Ella: Con hielo, por favor.
El trae el vaso con agua y hielo. Ella se lo toma al seco y mira por la ventana.
El: (hablando por teléfono): Hola, ¿cómo estás?, qué gusto saber de tí. Claro, juntémonos hoy, ¿en media hora más? Yo termino acá y voy para allá.
Ella: Necesito saber la hora.
El: Son las nueve de la noche.
Ella: Ha sido un día largo.
El: A mí se me ha hecho muy corto.
Ella: Me compré una polera nueva.
El: Estoy leyendo el libro que me prestaste. Es muy bueno.
Ella: La polera me queda espectacular. Ah! Y la segunda parte es mejor.
El: Tengo tanto que hacer.
Ella: Todo te va a salir bien, vas a ver.
El: Han surgido contratiempos, las cosas se atrasan un poco, pero vamos bien.
Ella: ¿Adónde vas?
El: Por ahí.
Ella: ¿Con quién te vas a juntar?
El: ...un amigo
Ella: ¿Un amigo?
El: Sí, necesito hablar algunas cosas con él, hace tiempo que no lo veo.
Ella: Ah
El: Oye...
Ella: Dime
(Suena el teléfono de él)
El (al teléfono): Claro, no hay problema, te espero más tarde, yo todavía no salgo de acá así que estamos con tiempo. Nos vemos.
Ella: Todavía tengo calor.
El: Relájate. Es tarde, pero la noche es tibia. No corre viento. Tu cuerpo ya se acostumbrará.
Ella: Oye...
El: Dime
Ella: Espera, necesito ir al baño. Tú sabes, acabo de tomar agua.
El: Anda nomás.
(Suena el teléfono de él, pero cuando contesta, cuelgan. El va hacia el baño y desde afuera le habla a ella).
El: Oye...
Ella: Dime
El: ¿Conoces el número 093122344?
Ella: No
El: ¿No lo has escuchado alguna vez?
Ella: No
El: Pensé que alguna vez lo ví en el número de tus contactos.
Ella: Tengo buena memoria. Me acordaría del nombre. A ver, estoy con mi celular acá, dame el número
El: 093122344
Ella: Estoy revisando...
El: Ok
Ella: Acá lo tengo, es el número de Sara.
El: ¿Sara?
Ella: Sí, la que hace los bosquejos de paisajes. La que conocimos en una plaza.
El: Ah, Sara.
Ella: ¿Porqué habrá llamado?
El: No sé
Ella: Quizás deberías devolverle el llamado.
El: ¿O no?
Ella: Sale de la puerta, voy a abrir.
El: ¿Quién dijo que estaba apoyado en la puerta?
Ella: Ah
El: Puedes abrir. Estoy apoyado en la pared que está al frente de la puerta del baño.
Ella: (Que abre la puerta, se da vuelta para lavarse las manos y luego lo mira): Ya, creo que mejor me voy.
El: Está bien, yo tengo que salir ahora.
Ella: ¿Te espero?
El: No, voy a ducharme, cambiarme ropa y te puedes atrasar.
Ella: No tengo ningun apuro.
El: Prefiero que te vayas.
Ella: Está bien. (Comienza a arreglar sus cosas)
El (prende un cigarro y le ofrece, ella acepta): Para antes que te vayas.
Ella: Claro, en el ascensor no se puede fumar.
El: Obvio, está prohibido.
Ella: Que esté prohibido no significa que no pueda hacerse.
El: Pero a veces lo prohibido se hace igual.
Ella: Claro, pero depende del carácter de la persona que lo hace.
El: ¿Cómo?
Ella: Una persona menos dócil se apegará más a las normas que aquella que tiene una visión más flexible ante la realidad.
El: De veras.
Ella: No creo que seas capaz de romper una norma.
El: ¿Tú crees?
Ella: Eres demasiado estructurado, te da miedo salirte de las estructuras.
El: No creo
Ella: Quizás sería bueno que te tomaras tu ducha. Yo acabé mi cigarro.
El: Claro.
Ella: Bueno, me voy.
El: ¿Adónde vas?
Ella: A mi casa.
El: ¿No tenías una cita?
Ella: Algo iba a suceder, pero no pasó nada.
El: Ah...¿y no lo llamaste?
Ella: No tengo necesidad.
El: Quizás tiene algo que hacer.
Ella: Quizás.

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