29.3.09

Dentro de mí

Hoy, la rutina de todos los domingos. Despertar con la caña, tomar un litro de agua. Ir a almorzar con la familia. Detesto, como todos los domingos ir al supermercado y ceñirme a una lista. Luego vuelvo, me fumo un cigarro, me doy unas vueltas, recojo la ropa, repaso el texto. Me voy a dormir una siesta. Y me encuentro con un laberinto enorme, en el que pasan muchas cosas y en todas estás presente. Veo, en un departamento que conozco, que es el de una amiga, que estás tú y hay un teléfono que graba unas imágenes en forma clandestina. El teléfono graba las imágenes y tiene una camarita. Algunos números sirven de play. Otros de fast forward, otros de rewind. Grabamos imágenes de alguien, te veo saliendo del baño y no estabas solo. No ví el cuerpo de esa persona, pero sí sus piernas y las reconocí. Todo era confuso, después una fiesta, una torta, gente que llegaba, gente que no llegaba. Alguien iba a soplar las velas, parece que era yo. Te estaba esperando, no llegabas, pero de alguna manera estabas presente. Me desdoblaba y veía donde estabas. Veía todo lo que haces. Anoche, ví una imagen en mi cámara, en la que te sacaste un autorretrato. Eso ya no es parte del sueño. Me gustan tus autorretratos. Te ves como eres y no encuentro ningún defecto en eso. Y si lo hubiera, da lo mismo. Al contrario, me fulmina. Quiero salir del laberinto, incluso, si no me rescatas del minotauro, encontraré a otro que lo haga. Y será así sólo si tú no estás.
Sé que todo el mundo lo sabe. Sabe que sueño cosas extrañas. Sabe que mi mente es un torbellino. Un torbellino de fuego y aire. A veces siento tu presencia. Afuera de los sueños. Todavía estoy en el laberinto. Que alguien me rescate del minotauro. Sólo soñar.

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