24.3.09

Abducción visual

Hay más gente.
No importa.
Todos fuman, se pasean y hablan cosas que parecen ser de poca importancia. Estamos en el patio, es de noche.
Hay poca luz.
Tú fumas, yo fumo y estamos en silencio. Tú cerca del árbol, yo en el medio del pasillo que separa una hilera de piezas. Estoy de espaldas a tí, tú fumas. Yo también lo hago.
De pronto, el silencio se apoderó del lugar.
Y sentí que me hacías tuya a la distancia.
Sentí la fuerza de tus ojos penetrando mi piel, parándome los pelos de punta. Cerré los ojos. Eran tus ojos. Inspiro y expiro. Era eso. No podía ser otra cosa. Una energía fulminante en forma de fuego y aire. De nuevo la piel de gallina.
Apago el cigarro.
Me quedo un rato ahí. Casi me da miedo darme vuelta, pero respiro profundo, me giro y todo ha vuelto a la normalidad. Ahora somos "normales". Todo tiene un ritmo normal. Todo tiene que tener un ritmo normal.

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