6.2.06

Flores de papel ardiendo bajo el sol

Me siento en la mitad de un camino en medio del desierto. No, mejor dicho en una ruta que se divide en dos y no sabes por donde ir. Hace calor y el sol pega fuerte. Ya no tengo agua en mi cantimplora. Las cosas se han vuelto difíciles y las ganas de dimitir no disminuyen. No quiero caminar y tampoco dar vuelta atrás. Es cuando te cansas de una determinada música, pero no quieres apagar el equipo, simplemente colocar stand by. Ni siquiera es una pausa, sino un momento en que quieres que todo se detenga y pensar por un segundo que la vida no es tan dura, que el camino no es tan largo y que las circunstancias no son adversas. Prefiero sentarme justo en el medio y quedarme meditando. No sé hasta cuando durará ese estado de congelamiento. Hasta mi cebrebro siente que no tiene adónde ir. De a poco baja la temperatura, el cuerpo se adapta y tiende a crear mecanismos de defensa frente a la baja del calor. La mente se aclara y de a poco surgen algunas ideas. Todo pasa por algo...la fortaleza de las personas tiene que ver con la capacidad de adaptarse a la sequedad de algunos momentos.

No hay comentarios.: