27.3.05

Cosas raras

No amanecí triste, pero con el transcurso de las horas descubrí que me siento un poco ida de la realidad. Tic tac.No en términos absolutos. Creo que es la ley de la vida la que me tiene así. Tic tac.No es que esté descontenta conmigo ni con el resto. Es algo que tiene que ver con Dios, por decirlo de alguna manera. Tic tac.Quizás no debería escribir esto, pero ¿realmente debo seguir un camino?, no entiendo porqué y creo que estoy predestinada. Toc.
Casualmente hoy me encontré en el chat con el Valenzuela que está en Estados Unidos. Dios, ¡cuánto me gustaba ese mino! y ahora, él está en Kansas a miles de kilómetros de Toxicity. Necesitaba conversar con alguien porque se sentía solo (no me lo dijo, pero sus palabras me lo dieron a entender). Algo me habló de una chinita, de la que estaba enganchado, pero ella se va a Japón...o sea una japonesa...¿acaso le gustaría que le dijeran peruano?...así las cosas, siento que lo conocí mucho más que si estuviera en Santiago. ¡Cómo cambia la gente a la distancia!, aún recuerdo la última vez que lo ví, en su fiesta de cumpleaños, donde lo pasé pésimo...pero ahora me doy cuenta que no lo conocía. Creo que como me dijo en un chat anterior lo nuestro -porque era mutuo- fue meramente atracción física. Sin embargo, puedo decir que me gusta su forma de ser, que a pesar de ser ingeniero sea con corazón y que tenga intuición para adivinar los sueños. Me gustan los XY con su lado femenino desarrollado, creo que son hombres que valen la pena y que les gusta proyectar una esfera que no tenga que ver con "lo troglodita". Y creo que si fuéramos pareja -soñando, siempre soñando- nos llevaríamos bastante bien. Creo entenderlo y comprenderlo...más aún cuando estaba hablando de otra mina, de otra nacionalidad y que más parecía cercana a Kung Fu que a mí. Cosas raras...lo sentía a la distancia.
Pero hoy también me sentí extraña, como si estuviera en una historia de Ray Loriga, o en un corto sobre la soledad, o quizás en la cima de una montaña donde todo se ve pequeño. Sé que en este universo no somos nada al lado del sol, de las estrellas o de la madre luna. De repente me dieron ganas de estar en un documental. También anhelé cruzarme con un gato negro. Que me cayeran cenizas de un habano invisible. Que todo se hiciera nada a mi alrededor. Que las muñecas barbies se vendieran sin cabeza y que los hombres se remataran al mejor postor. O, como en la novela de Boris Vian El Arrancacorazones, que los viejos fueran vendidos. Cosas raras. Tal vez mis hormonas están en un ciclo especial. Quizás ya no tengo los pies en la tierra. A lo mejor lo que necesito es irme a negro, o mejor aparecer y desaparecer en un flashback que se hace humo. No necesito escribir mi propio guión, pero si La Cenicienta fuera "una historia de la vida real" mi versión habría sido la underground. Vestida de negro. Igual, quiero entrar a la iglesia y casarme con un vestido antiguo color rojo, con el pelo largo y que nadie me llevara la cola. Y llevaría flores plásticas en la mano, porque así se representaría mejor el sentido de la fidelidad. Para siempre, pero de mentira. Ahora es tarde y me siento más rara aún, tanto que puedo predecir que esta noche no tendré un buen sueño, o quizás sí, pero lleno de pesadillas sin sentido. Odio las pesadillas, odio llorar cuando estoy dormida. También me molesta gritar, aunque hablar no, pues nunca recuerdo lo que digo. Mi papá da discursos en inglés cuando sueña. Yo ni siquiera me entiendo lo que hablo. Tengo una mente extraña. La mente de los seres humanos es compleja, te apuesto que si se examinara con una lupa miles de hormigas nacerían de nuestros recovecos. Hoy ví una araña pollito cruzar por la calle. Quise matarla con el auto. Algunas personas ya pasean a los conejos como si fueran perros. Con correas de arnés. ¿Se podrán llevar a los XY de esa forma algún día?, ojalá que sólo autoricen a las mujeres.

1 comentario:

francisco josé dijo...

Me gusta lo que escribes, pero porqué nos quieres llevar cono correa por la calle. Si nos tratan bien somos dóciles y hasta buenas mascotas y no le ladramos a los autos. A veces me siento como tu, con miles de ideas, unas inconexas, otras extrañas, las más, raras y exóticas. Creo que es la espuma de la modernidad que nos ahoga.
Chao y animo.