26.3.05

Bendito karma

Creo en el alma eterna, creo en la resurrección de uno en otra y miles de vidas. Creo que en el preciso momento en que mueres, alguien nace en otra parte del planeta. Creo en los extraterrestres, en los fantasmas y en las almas en pena. Creo en los duendes, pero más que nada creo en el eterno retorno. Todo se devuelve y les puedo asegurar que no es un mito. Alguien muy cercano a mí me dijo "quizás en otra vida..." porque en esta las cosas no resultaron a pesar de la fucking química, de las emociones contenidas, del ver brillar sus ojos cuando me veía venir desde lejos. Sólo me pasó una vez, y desde esa vez nada volvió a ser como antes. Cuando lo ví, o sea cuando entró en mi mundo, a pesar que me cayó muy mal, sentí que lo conocía. Gente ajena me dijo que era una persona extraña, pero eso fue lo que me atrajo de él más allá de lo que vino después. Era extraño y lo sigue siendo. No es un tipo normal, pero cuando me reflejo en sus ojos es como si un golpe de miles de historias se reflejaran en mi mente. Nadie lo entiende. Bueno, tal vez algunas personas sí, pero muy pocas suelen hacerlo a cabalidad. Sé, por ejemplo, que nos conocimos en la Edad Media, donde todo lo carnal estaba prohibido. Sé que él era un monje y yo alguien que no pertenecía al convento. Sé que lo mataron y que yo ví cuando llevaban su cuerpo para que un río se lo llevara lejos. Sé que tengo este sueño muy seguido. Estaba en medio de unos juncos. Nunca pude saber lo que pasaba después. Me he sentido rara después de tener estas visiones. También me siento extraña cuando de alguna manera mi radar percibe que está pensando en mí aunque no esté a la vuelta de la esquina.
He tratado de sacármelo de la cabeza, pero todo depende de la evolución de nuestras almas. Me dí cuenta que vinimos a encontrarnos porque tenemos que aprender a amar. Yo he aprendido, tanto, que he llegado a sufrir aunque ahora ya no me pase nada. A él le ha costado un poco, pero ahora entiendo porqué hay tantas barreras entre nosotros. He descubierto además que le tengo un miedo terrible a la pérdida. A la pérdida de cualquier persona, esa que nos hace tenerle pánico a la soledad, pero me he quedado más tranquila ahora que aprendí que nacemos y morimos solos. Solos y desnudos llegamos a esta tierra y solos y desnudos nos vamos. Menos mal que es así.
Creo que es urgente hacerse una regresión, porque así tendría muchas cosas claras con respecto a mi vida. Me gustaría que me dijeran todo lo del pasado que influye en mi presente. Muchas cosas que quizás no entiendo, que quizás son tan poco comprensibles como el hecho que me sienta muy apegada a mi tío Ignacio, que murió antes que yo naciera. No entiendo, a veces lo miro en algunas fotografías y me siento reflejada en él. Hay tantos lugares que me parecen conocidos, tantas cosas que vivo y que me parece que las vuelvo a vivir otra vez. Es extraño por ejemplo, saber que mi apego al mar es demasiado ligado a lo afectivo y lo espiritual. Alguna vez leí que mi rol en la vida es ser Mitra, la Alquimista. Un ser lleno de sabiduría que ayuda a los demás. Es interesante saberlo, pero aún no sé que beneficios tendrá ello para mí. Pensar que pasamos por tantas cosas y lo único que nos interesa es ser felices. ¿Porqué nacimos pensando que todo tiene que tener un happy end?, sólo sé que soy un alma en evolución y como toda alma, debo seguir el flujo del eterno retorno.

1 comentario:

francisco josé dijo...

Siempre vivirà en nosotros el temor a perder, a quedar a la deriva, solos y extraviados. Pero ese miedo no debe hacernos perder la audacia de intentalo una vez más. Te lo digo yo que vengo de varias, pero siento que luego de cruzar el desierto, renazco con más furia, con muchas ganas y me reinvento desde los harapos.
Eres una niña interesante!
un beso