Mientras más frío tengo, mientras más congelado está el pasto del patio de mi casa, más ganas me dan de untarte con salsa teriyaki. Y comerte con palitos chinos. Así, como se come el sushi, pero sin tanta rapidez. Con más pausa.
La perversión es directamente proporcional al frío que hace afuera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario