La nostalgia es común a todos los amores. Pero aquellos antiguos, que parecen películas de cine son los mejores. Como Lo que el viento se llevó. Alguna vez tuve la sensación de estar en esa película al dar un beso en la boca en medio de un puente, al atardecer de un otoño. Iba pasando mucha gente pero sentía el viento y en ese momento una chispa de felicidad cruzó mi mente.
1 comentario:
"Un beso en la boca...", es eso y no la película, lo que me traslada a recuerdos en blanco y negro; beso en la boca, qué efectos especiales producía en mi aquella frase en mis 14 años o menos, pensaba en mi vecina y amiga de mis hermanas, exquisita sin saborear nada de su cuerpo, menos su esencia, soñaba con solamente aquello, "un beso en la boca".
Tabú la palabra para un adolescente con formación hasta ese entonces de infante, provincia, campo, tradiciones, conservadores todos. Crecimiento espiritual aletargado como el blando y poco suave cuerpo de lagartija asorochada al sol, de experiencias extremas como el bicho que huye de las pedradas de los chiquillos, como el adolescente infante sorprendido jugando con un trencito a pilas por el amor de su vida en Nochebuena cuando corrían 14 años desde que vió la luz en un hospital... también de campo.
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