3.1.06

2006 al acecho

Ya estamos en otro año. Estamos en otra onda. Hay vibraciones que nos hacen bailar en otra dimensión. El domingo cuando llegué a Santiago vi un ovni. Una luz amarilla que parpadeaba, luego refulgió un segundo y desapareció. Reconozco que me asusté aunque al comienzo la confundí con una estrella fugaz. Estuve en Valparaíso. Vi los fuegos artificiales a la orilla del mar. Una experiencia alucinante. Gocé como cabra chica.
No sé si habrá sido el copete o qué onda, pero hasta lloré con los fuegos artificiales. Mi prima estaba muerta de la risa y toda la gente gritando alucinada porque pareciera que esas pequeñas luces se vinieran encima. Y hoy es 4 de enero. Anoche carreteé de lo lindo. No pude llegar temprano al trabajo y el despertador ni lo sentí. Además creo que estoy fermentando de lo lindo y no puedo evitar sentir el olor a copete en mi piel. Atroz. Espero que el día pase luego porque quiero acostarme temprano y dormir como la gente. Mañana será otro día. Necesito sacarme fotos porque hace tiempo que no coloco una mía en la página. Quiero que me vean como estoy. Pero hoy no. Estar con la caña y tener que trabajar es lo peor. Aguante nomás, total así es la vida y mañana ya tendré un cuerpo nuevo. Son las cuatro de la tarde. Tengo sueño. Necesito un saco de dormir. Si fuera más cara de raja me habría ido a dormir al auto, pero llegué tarde y no tengo moral para hacer eso.
Y espero cierta aparición que me tiene en ascuas. Buenas noches.

2 comentarios:

Hermansineme dijo...

No esperaba encontrarme con la expresión máxima de la cultura profunda y pensante, pero debo confesar que me ha sorprendido graciosamente tu capacidad de navegar por estados de ánimo que se traducen en vocabularios muy diferentes uno de otro. Hoy te leo como una mujer de carrete y mas carrete, hace unos días, te encontré de lo más interesante, profunda, inteligentre, reflexiva y mas, hoy más normal, mas en consecuencia con nuestro entorno.
No se trata de ser mejor o peor, se trata de lo edificante poder conocer sin conocer, ampliar un horizonte de conocimiento como crecemos en el conocimiento de una historia al leer un libro; a veces hay páginas que me gustan o capítulos que me gustan menos, pero el todo hacen que un ejemplar sea o no un gran libro. Misma cosa me pasa con el libro de tu vida o lo que escribes de ella en este libro, quisiera tener el tiempo y la voluntad para hacer lo propio, pero a pesar de escribir toda mi vida, me siento flojo para compartir mis escritos... qué contradicción, es lo que quería y parece que no es lo que quiero.

Ni menciones siquiera que quisieras saber de alguien en especial; nosotros presentimos aquello y le sacamos partido. Créeme.

Hermansineme dijo...

No esperaba encontrarme con la expresión máxima de la cultura profunda y pensante, pero debo confesar que me ha sorprendido graciosamente tu capacidad de navegar por estados de ánimo que se traducen en vocabularios muy diferentes uno de otro. Hoy te leo como una mujer de carrete y mas carrete, hace unos días, te encontré de lo más interesante, profunda, inteligentre, reflexiva y mas, hoy más normal, mas en consecuencia con nuestro entorno.
No se trata de ser mejor o peor, se trata de lo edificante poder conocer sin conocer, ampliar un horizonte de conocimiento como crecemos en el conocimiento de una historia al leer un libro; a veces hay páginas que me gustan o capítulos que me gustan menos, pero el todo hacen que un ejemplar sea o no un gran libro. Misma cosa me pasa con el libro de tu vida o lo que escribes de ella en este libro, quisiera tener el tiempo y la voluntad para hacer lo propio, pero a pesar de escribir toda mi vida, me siento flojo para compartir mis escritos... qué contradicción, es lo que quería y parece que no es lo que quiero.

Ni menciones siquiera que quisieras saber de alguien en especial; nosotros presentimos aquello y le sacamos partido. Créeme.