16.8.05

Viento huracanado

Como que se lo van a llevar todo de golpe y porrazo. No quedará nada. Ni en el alma, la mente o el cuerpo. Dan ganas de salir volando y estar en otro planeta que sea mejor que este. Donde nadie reclame. Donde nadie te juzgue. Donde los imbéciles sean condenados a muerte. Donde la gente inteligente pueda decir lo que quiera sin miedo a ser mirado como a un extraño. No soy una extraña. Simplemente soy una persona con una forma de ser diferente, con otra forma de mirar la vida y las cosas.
La gente que discrimina por eso está cometiendo una tontera terrible. Pero me quedo en silencio. A veces el silencio es el mejor amigo de cada uno. Te acompaña y te comprende. Tiene también mucho que ver con la soledad, con la incapacidad del soporte humano de lo urbano. Es que de repente con el sólo hecho de ser un ser inteligente y evolucionado es que te tomas la cabeza a dos manos y te dan ganas de ser la reina de tu propio destino.
El día está oscuro, hay un viento que se lo llevará todo. Ojalá el mundo se limpiara de tanta mierda así como tú puedes limpiarte de vez en cuando de las malas vibras. Es fácil: llenas la tina con agua caliente y pones unas hojas de ruda en su interior, luego colocas sal de mar, esperas que se disuelva y una vez que la tina esté llena te sumerges y te olvidas del mundo. Es increíble lo bien que hace. Claro que da sueño y el cuerpo se adormece aunque las neuronas se limpian de todo mal interno y externo. Quedas con ganas de comenzar de nuevo, pero corriendo, dejando atrás la mala sangre de uno y de los demás.

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