No puedo olvidarme de la imagen de la película "La Casa de las Dagas Voladoras" en la que ambos protagonistas se besan pese a la catástrofe inminente. Aunque no tiene nada que ver, alguna vez el Papa Juan Pablo II dijo que "el amor era más fuerte" y tengo la convicción real que las cosas son así más allá de lo cursi que pueda sonar la frase. Los sentimientos y las emociones que unen a dos no las derrota nadie. Ni la maldad, ni las brujerías, ni el tiempo, ni el espacio. Una amiga me dijo que cuando amas a alguien aunque estés en la China el corazón no va a impedir que te acuerdes de él. Y es verdad. Ni siquiera en la noche, cuando cierras los ojos antes de dormir o durante el día, cuando procuras no acordarte mientras que las cosas que ves te recuerdan a él.
Hay muchas memorias del amor. Las memorias del amor solamente existen en quien es capaz de amar de verdad, y quien es capaz de hacerlo no le importa nada con tal de estar con la persona que realmente quieres a pesar de los obstáculos sean cuales fueren. No hablo de novelas a lo Corín Tellado, pero el amor puede ser tan extasiante como terrible, amores sufridos y separados por tiempos y circunstancias. Amores que se valoran, el amor que no se olvida. Sentir es amar.
Estoy convencida que quien se ama a sí mismo es capaz de amar a otro, pero quien se sobreestima no. Es complicado este sentimiento. Es la hoguera engorrosa de la felicidad que alguna vez está y otras veces desaparece sin dejar rastro alguno. Hay amores locos y amores amigos, amores no asumidos y amores olvidados. Amores platónicos. Hay amores con sabor a chocolate y olor a menta. Amores con sabor a sexo, amores aderezados con pasión. Amores eternos, amores perros.
Los amores perros me gustan, los amores orientales, los amores con rastros de vidas pasadas. Hay amores desnudos y algunos que nunca se descubren, amores secretos, pasiones no confesadas. Amores equivocados, amores acertados. Romances de una noche, encuentros de más de dos años. Hay muchos amores, pero sólo los que realmente te hicieron remecer son los que quedan. Los que te entregaron algo, los que te quitaron mucho. Los que te rompieron el corazón, los que te dejaron seco. Los que te cegaron. Los que ignoraste alguna vez. Estoy convencida que hasta los perros aman. Los conejos también. Todos tenemos la capacidad de amar, pero muy pocos la descubren.
Sé que es el amor, pero antes de esta vida no sabía. Vine a aprender a amar. Y sé que es complicado. ¿Quién nace sabiendo amar?, nadie. Sólo se aprende con la ruta loca de la experiencia. ¿Quién olvida amar?, nadie. Sólo cuando hay muchas heridas se olvida qué es el amor, pero no amar. El acto de amar. Amar es ser libre. Liberas al otro cuando éste se entrega a tí. Cuestión de piel, de amor. El amor es táctil, dúctil y no viene de Cupido. Se produce por equivalencia química. Sin química no hay amor, porque de ahí comienza todo.
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