24.10.08

Veo luces y a la gente

Eran pedazos de pasos humanos, ni siquiera unos pasos completos, sino sólo pisadas que se dan de a poquito, casi sin sentir los pies, sin sentir los dedos, solamente la yema, pero una minúscula porciòn de ella. Y ahí mis pequeños pasos casi imperceptibles, haciéndome sentir pequeña e inmensa a la vez, con un haz de luz que sólo yo soy capaz de ver y percibir. Un hombre me pide limosna y de su boca sale un grito que pide auxilio. Desaparece cuando doy vuelta la cara, vuelvo a mirar y un pequeño animal de una especie inexistente, gira su cara y veo que soy yo, en ese cuerpo extraño, pero a la vez ahí mismo, como salida del espejo, de un espejo que sólo existe en mi mente, pero que se ve, ante mis ojos se ve, fuerte y sutil, transparente, fácil de pasar, difícil de volver. Un espejo imaginario que se derrite en mi mano,
Una noche me miré al espejo sólo alumbrada con la luz de una vela. Lo que ví fue todo lo mío fuera de mí. Era de color amarillo y tenía el pelo largo y negro, hasta màs abajo de la cintura. Vestía un vestido blanco y tenía unas piedras en las manos. Esas piedras brillaban. El espejo se rompió cuando apagué la luz. Había vuelto de otro lugar.

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