29.10.08

Dentro

Una caja, otra caja, otra, y otra, otra, otra. Dentro de la última caja estaba el secreto. No era un secreto cualquiera. Era un secreto desnudo que estaba escondido en el último pedazo de espacio de un rincón perdido de la caja por la mugre acumulada. Soplé y el secreto voló. Se puso sobre mi hombro y entró en mi oreja. Lo que tenía que saber ya lo sabía. Tardé en descubrirlo, pero me dí cuenta.
Anoche soñé con una fiesta donde todos estaban vestidos de negro con antifaces plateados sobre su cara. Todos tenemos secretos. Algunos lo ocultan más que otros. Me gustaría saber el secreto de cada uno que conozco y así escribir un libro interminable.
Me gusta escuchar detrás de las puertas.
Una vez, cuando chica, me escondí debajo de la cama para escuchar un secreto. Sólo ví las piernas de mi madre y mi abuela cuando lo escuché. No me acuerdo de qué se trataba y por eso, cuando alguien me cuenta algo, me quedo callada. Soy prisionera de secretos extraños.
Se me han escapado secretos. Encuentran la llave de mi boca.

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