24.10.08

Cigarro

En la escalera en la entrada de mi casa.
Sola.
Con un pijama celeste y un polerón viejo encima.
A pies pelados.
Mirando las estrellas por si logro cazar una estrella fugaz.
Prendo, aspiro, expiro el humo.
Bajo la vista y un pequeño bicho camina a mis pies.
Quiero pisarlo, pero prefiero mirarlo caminar.
Vuelvo a mirar al cielo, la luna está lejos.
Otra aspirada y me doy cuenta que cuando estoy sola tiendo a mover el cigarro en círculos.
Relajación que le llaman.
La ceniza cae, me toco el pelo formando remolinos que hago con el dedo.
Trato de retener la caída de la ceniza, como si fuera una fotografía.
Sigo girando el cigarro.
Observo si se forma alguna letra en la base del filtro.
La letra L. Libertad es lo que se me viene a la cabeza.
Luego, me dan ganas de tomar agua, abro la manguera y bebo de ahí.
Cierro la llave y me doy cuenta que el cigarro se ha mojado un poco.
No importa, cigarro mojado es mejor a no tener uno.
Me ha dado sueño, me restrego los ojos.
Me rasco la nariz.
Una última aspirada.
La ceniza cae sola y el cigarro se ha apagado.
Abro la puerta, entro a la cocina, prendo la luz, me tomo un vaso de Canada Dry.
Voy a la cama.
Fumar me da sueño en la última hora de la noche.

No hay comentarios.: