27.10.06

Estrategia de guerra

No es que me hayan dicho que no, pero me lo dieron a entender indirectamente. No soy tonta y entiendo las palabras. El problema es que soy tozuda, terca, cerrada y obstinada con mis objetivos. No me gusta que me den una respuesta negativa. Odio que me den la puerta en las narices. Odio que me rechacen. Y no tendría porqué. Pero afecta la cosa. Aunque se me pasará rápido ya que nunca pasó nada y eso fue lo mejor. Como sombras en medio de frondosos árboles. Y a la distancia, de lejos, sintiendo pasar su forma y su caminar de una manera demasiado imperceptible a veces. Casi como un gato de niebla.
Creo que será mejor esperar. Y luego volver con la arremetida. Y si viene a decirme en la cara que definitivamente nada conmigo, pues así será. Las mujeres aprendemos a perder y dignamente. Aunque nos pudramos por dentro.
Incluso cuando la rabia nos carcome, tal como los escorpiones en un círculo de fuego que cada vez se cierra más, pero que aún así prefiere sufrírsela toda antes de intentar salir. Así son los escorpiones y así me siento. Aguanto todo, menos un no como respuesta.
Me siento como un capitán en plena guerra, aunque sólo lucho contra mí. Y contra los molinos de viento, si es que algo de idealismo tiene la atracción por alguien en estos días. Lo peor es que no sé si algún día se hablará del tema, porque hasta el momento siento que hay afinidad, pero no sé si conexión.
Me encantaría ser valiente y decírselo en la cara, pero lamentablemente cuando alguien me gusta me disminuye el coeficiente intelectual a niveles exasperantes, casi mongólicos, con baba incluída. Y me dan gastritis crónicas en los momentos de soledad con él. ¿Qué hago?, voy a tener que inventar un grito de lucha y lanzarme al objetivo.

1 comentario:

Mar dijo...

Estrategia, amiga. Estrategia.
Saludos.