5.12.05

El Amante de Marguerite Duras

Es un libro que me marcó, que es sólido y desgarrador, con todo el perfume oriental del que se es capaz. Son palabras que desgarran, que duelen, que es como perder la virginidad una y otra vez en cuanto avanzas por sus páginas. Sale sangre de los ojos. Sale vapor por los poros. Es un asunto de humanidad desgarradora, de un amor imposible, de una seducción imprecisa y a la vez una forma de cautivar, de encantar, de desgarrar la piel que va más allá de cerrar las cortinas para hacer el amor. La palabra amante tiene sabor a chocolate relleno de espuma de coco. O a jazmín envuelto en cáscara seca de frutilla. Aunque es más discreto mantenerla entre dos, entre personas que tienen un tesoro secreto que nadie debería descubrir.
Lo leo cada vez que puedo. Lo releo con locura y cuando lo termino siento que todo pasó demasiado rápido.
Fragmento:
"Le dice: preferiría que no me amara. Incluso si me ama, quisiera que actuara como acostumbra a hacerlo con las mujeres. La mira como horrorizado, le pregunta: ¿quiere? Dice que sí. Él ha empezado a sufrir ahí, en la habitación, por primera vez, ya no miente sobre esto. Le dice que ya sabe que nunca le amará. Le deja hablar. Dice que está solo, atrozmente solo con este amor que siente por ella. Ella le dice que también está sola. No dice con qué. Él dice: me ha seguido hasta aquí como si hubiera seguido a otro cualquiera. Ella responde que no puede saberlo, que nunca ha seguido a nadie a una habitación. Le dice que no quiere que le hable, que lo que quiere es que actúe como acostumbra a hacerlo con las mujeres que lleva a su piso. Le suplica que actúe de esta manera. Le ha arrancado el vestido, lo tira, le ha arrancado el slip de algodón blanco y la lleva hasta la cama así desnuda. Y entonces se vuelve del otro lado de la cama y llora. Lenta, paciente, ella lo atrae hacia sí y empieza a desnudarlo. Lo hace con los ojos cerrados, lentamente. Él intenta moverse para ayudarla. Ella pide que no se mueva. Déjame. Le dice que quiere hacerlo ella. Lo hace. Le desnuda. Cuando se lo pide, el hombre desplaza su cuerpo en la cama, pero apenas, levemente, como para no despertarla".
P.D: El amor y el pecado se confunden

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