El maldito vicio de crear (y CREER)

Alguna vez, en una clase de estética, el profe (¡qué profe!) comentó que crear, creer y crecer derivaban la una de la otra en el proceso de configuración de una obra artística. Cuando se crea el artista tiene la mente abierta y sin obstáculos para la posesión de un nuevo objeto que tendrá vida y ubicación en el tiempo y el espacio, está la intuición y no han pasado ni cinco minutos cuando el trazo del pincel, la pluma, el cuerpo o el teclado ya han comenzado a tomar forma donde sea.

Por lo tanto, en la medida que soy capaz de crear he comenzado a creer en la capacidad que tengo como persona de manipular lo material para dar trascendencia a lo espiritual. Suena complicado, pero lo que en realidad sucede es que el arte no es otra cosa que la manifestación concreta de los sentidos, sentimientos e identificaciones que surgen en un momento dado.

El crear implica la creencia absoluta en la capacidad personal de trascender en el tiempo y en el espacio. Implica la absorción total de mis impulsos, pulsaciones, ritmos y necesidades internas para así dar vida a algo nuevo, porque así el artista crece, toma conciencia de sí mismo y con ello cree más en él y adquiere mayor potencia a la hora de crear.

¿Porqué digo esto?, por que estoy pintando un cuadro que nadie antes hizo, estoy creando una visión de vida, de sentires y experiencias por lo que creo en mí y al hacerlo estoy creciendo aún más como persona. O sea, vuelvo al tinte filosófico: "El arte es el reflejo de lo que no existe", pero al crear se puede creer porque creció tu interior hacia una expresión externa que sólo se es capaz de hacer en el momento en que las conciencias se abren y necesitan de otros mecanismos de expresión, tal vez más solitarios y menos decadentes, que absorban y materialicen su intención secreta y oculta en la mentalidad de las personas...ahora entiendo cuando dicen que no cualquiera puede ser un artista. El arte está delimitado sólo para algunos, para aquellos que no necesitan de intermediarios a la hora de crear e iluminar la mente y los sentidos.

Las mujeres pueden ser mejores artistas que los XY por el sentido natural de la intuición que las rodea desde que nacieron. Y al tener esa bendita intuición nos transformamos en constantes hacedoras de lo nuevo, en constantes creadoras que más allá de todo lo que existe, podemos trascender hasta en las cosas más nimias.

Hay gente que le tiene miedo al crear, yo sólo digo que sean capaces de abrir su mente y su cuerpo, de esa forma llegarán más allá y todo se podrá ver de forma distinta (la forma en que ell@s quieran verla). Me siento artista y me enorgullezco de ello. Todo arte busca trascender en el tiempo y en el espacio para bien de uno y de los demás. Nadie puede saber las consecuencias insospechadas que puede tener un pequeño cuadro, una novela, una obra de teatro o hasta un simple texto escrito en un blog. Todo tiene su propia trascendencia. La gracia está en descubrirla con un toque distinto.