30.8.08

Blondor

No sé porqué quiero estar cada día más rubia. Como la Marilyn, como un sobre de blondor derramado sobre mi cabeza. Una mezcla sublime que corre por mi cabellera. Rubia, siempre rubia, en una pasarela con tejado de vidrio, los calzones abajo y el lápiz de labios corrido en la boca. Y un vestido blanco con manchas de vino tinto, un pinche de Hello Kitty en el pelo y cenizas de cigarro que manchan mis manos y mi dedo anular. Pastosa la mezcla porque está unida con agua. Con poquita agua.
Y camino por el tejado de vidrio con zapatos de tacón invisibles. Que también son de vidrio. Y se me rompe un tacón, y atravieso por el tejado hacia abajo, donde sólo hay basura y cosas que no sirven para nada.
Pero sigo tan rubia como al comienzo. Mi pelo, intocable.

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