24.3.08

Confesiones de una máscara

El libro que estoy leyendo en estos días. De Yukio Mishima. Al comienzo leerlo era como tragar chicle mezclado con queque, una mezcla insoportable para mi garganta, pero de a poco se lee de agraz a más dulce. Y me convenzo que es un grande, alguien que está demasiado cagado de la cabeza, pero al mismo tiempo un tipo inteligente y sensible. ¿Alguien puede excitarse con flechas, heridas, vientres abiertos y tortura? A él le marcó la imagen de San Sebastián, cuando la vio en un libro prohibido que su padre guardaba en un mueble de la casa. Para que no viera mujeres desnudas, cuando a él le interesaban los hombres. Creo que su visión de la vida, que duró poco ya que se suicidó, tiene que ver con la incapacidad de lograr los sueños en una sociedad tan rígida como la nipona de los harakiris y kamikazes. Espero terminar de leerlo, no creo que me demore tanto o que lo deje tirado como los libros de José Donoso, que siempre se me han hecho insoportables.

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