1.8.07

Acá, sentada encima del espejo

Maldito frío de maldito Santiasco.Manos hecha mierda, literalmente.Uñas comidas, labios partidos.
Un oso polar se metió en mí.Días creativos, en todo caso.Pensando, imaginando, escribiendo.
Soñando contigo, demasiados sueños.Necesito que me rescates, si es que quieres. Nada ni nadie es obligado por mí.Y soñando contigo también.
Son dos sueños muy distintos en todo caso. Cuando te veo solo me dan ganas de acompañarte y que tomemos chocolate caliente...con vodka. Te echo de menos. Y estás tan cerca. Exactamente a 25 minutos de mi casa bajando rauda por la Costanera Norte. Te diría tantas cosas, pero al mismo tiempo sé que no puedo decírtelas todas por mi hermosa boca. Se me traban las letras. Y si salen, sólo son un torbellino. Te miraría de pies a cabeza imaginando que eres un pedazo de chocolate (no derretido, por favor)
Me quiero ir a Valparaíso de nuevo. Es fácil irse a Valparaíso a pesar de la bruma. Cambiemos de tema. Cada día me siento más Catalina en mí. Catalina, ella, tan débil y rebelde para su época. En este tiempo habría sido una chica con temperamento. Cuando leo un libro que habla de ella me olvido de la Quintrala y penetra por mi piel esa mujer de pelo rojo, tez blanca y mezcla de alemán y mapuche que gritaba a los cuatro vientos lo que no le parecía. También soy Tatamai, parte Agueda, parte Catalina madre. Todas las mujeres somos Catalina.
Sigo parada encima del espejo. No veo el resto de mi cuerpo, sólo observo mis pies caídos luchando contra la fuerza de gravedad. Y su piel se ve tan suave, tan brillante, que lo único que espero es que pronto alguien las agarre por debajo. Y las tire con fuerza para dejar que mi cuerpo se vaya con él. No será falta de deseo, ni tampoco falta de soledad. Simplemente quiero ser mía y tuya, si los espacios de los silencios se vuelan. Como cuervo en la oscuridad, transformado en insecto de un solo soplo.

No hay comentarios.: