29.7.07

La maldición de los cuchillos

Un amigo me prestó hace un tiempo la peli Santa Sangre, de Jodorowsky, el genio más grande para mí en este último tiempo. Recién la pude ver hoy y me provocó ciertas emociones. Una piscina llena de "sangre" de una mina violada y con los brazos mutilados. La madre del protagonista, que mató a la mujer tatuada, que sería amante de Orgo. La amante con los brazos mutilados. La madre con los brazos cercenados por el padre en venganza. Y luego, el hijo con la maldición de las manos mágicas, controlado por su madre, hipnotizado. 
Y prostitutas, 
barrios decadentes de México, 
calaveras, 
diablitos, 
borrachos y 
una niña sordomuda 
que busca a Fénix para escapar de la prostitución. Y jóvenes con síndrome de Down que se acuestan con una prostituta después de jalar coca. En vez de ver una película de Robinson Crusoe. Y miles de laberintos para contar una historia. Para explicar el trauma de un niño que vio la muerte de su padre y cómo a su madre le cortaron los brazos.
Y una historia dentro de un circo. Un enano llamado Aladino. Y tantas otras cosas que sólo se entienden al ver la película. Y pese a que es del siglo pasado atrapa. Y convence. Y podrías pensar miles de veces que Jodorowsky está loco. Que esas cosas no se le ocurren a una persona normal. Y es verdad, creo que tienen razón. El vive para crear y siempre ha dicho que la sangre es un medio de purificación más eficiente que el agua. Y que las mujeres pueden sacarse maldiciones con la menstruación. Y que la sangre de las gallinas permite hacer curaciones masivas. De hecho, en algún momento hay una alegoría de Fénix hacia la figura de Jesús. Su mirada, su gesto y la posición que asume para observar ciertas cosas. Pero eso no es todo. A veces hay que trabajar la mente para entender 
lo que Jodorowsky quiso 
decir en tal o cual momento.
Analizar una película es difícil y prefiero quedarme con las emociones que provoca, con las imágenes que se me quedaron en la retina, con los colores, entre kitsch y película latinoamericana de los años 80. Y esas películas de terror clase B, con zombies incluídos. Incluso, hasta videos de la Yuri. Y canciones de amor lastímero y abandonado. Llorar, perderte y ese tipo de cosas.
Lo que pasa es que todo lo que hace Jodorowsky tiene que ver con la magia. Con la capacidad de sanar, de curar, de liberarse de los demonios que te acogen, de ciertas visiones. De hecho, el protagonista fue el hijo de Jodorowsky, tan genial como él. Aunque es verdad que en Chile no se conoce mucho su obra, de hecho por casualidad encontré en una librería su libro Psicomagia y obvio que me lo compré. Como siempre, a los genios se les esconde. Y a los locos también.

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