6.10.05

Orgasmo express en un Santiago veleidoso

Mi auto.
Más de 60 kilómetros por hora.
Isidora Goyenechea o algo así.
Vuelta a mi casa en 20 minutos.
Entrada. Cerrar la puerta de mi pieza.
Susurros, caricias, besos. Cariños peligrosos.
Más cariños y llega el deseo.
La posesión. La felicidad.
El silencio del éxtasis compartido por dos.
Por tí y por mí.
Manejaste mi auto a la vuelta.
Te dejé cerca y me marché.
Sé que nos volveremos a encontrar.
Y mi corazón late a mil por hora cada vez que me acuerdo.
Esos ojos, esos labios, esa seda tibia tuya acariciándome locamente.
Y esas caricias por dentro.
Lo de adentro, lo profundo, lo que lleva al centro de todo.
Al centro, a tu lado. Ahí. Tú y sólo tú sabes dónde.

No hay comentarios.: