1.12.08

Diet

Odio lo que implica regular la alimentación. Para mí comer puede pasar de ser uno de los grandes placeres de la vida a un aborrecimiento interno. El aborrecimiento interno de un asco externo. Si pudiera dejar de comer lo haría instantáneamente, y si tuviera que atiborrarme de comida, obviamente que también lo haría. Alguien dijo que comer debiera ser un acto privado, en el que la mesa para compartir no existiera, sino que simplemente la gente consumiera sus alimentos en cubículos, sin conversar con nadie. A ese alguien le daba asco comer en público, porque el hecho de mascar, devorar, engullir, saborear, muestra los instintos animales más básicos expuestos ante todos. Dientes, lengua, boca, son partes privadas para ese alguien.
Alguna vez leí sobre un tipo que tenía un trastorno obsesivo compulsivo que solía comer una manzana en una hora, pues cada mordisco y el correspondiente proceso bucal duraba un minuto. Siempre acababa de comérsela en ese tiempo, aunque si se demoraba, la botaba tal cual habìa quedado a los 60 exactos minutos.
Una vez dejé de comer paulatinamente. Boté la comida a la basura. Me intoxiqué con Coca Cola Light. Botaba la leche en una planta del comedor. Pasado un tiempo, comencè a hacer todo lo contrario. Una vez hasta me dormí con un pan en la cama.

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