8.9.08

Vómito

Mi cama me echa a patadas.
Me saca de las sábanas y frazadas mientras estoy hecha un ovillo de carne que sufre por un dolor intenso.
No puedo moverme.
Respiro y siento que mi contenido gástrico sube por mi garganta.
Me da miedo el vómito, le tengo terror a vomitar, a sentir que todo lo que tengo dentro sale fuera con sólo hacer una arcada.
Por eso, prefiero que suba solo y cuando ya no aguanto más, cuando sé que ni mil tragadas harán que ese contenido se devuelva, corro desesperadamente hacia el baño, me afirmo de la taza, me amarro el pelo en un moño y siento todo el ácido que sale, sale, sale y al sentir ese olor sale más y más y más.
Y después, el dolor en la guata no está, pero está herida la garganta y urge tomar agua, de a poquito, para rehidratarse, volver a la cama, asegurarse que no queda nada adentro, recostarse, dormir e intentar no tener pesadillas.
Una amiga jugaba con el vómito.
Totalmente ebria.
Metía su dedo índice y lo daba vueltas en la taza del water.
Y yo tomándole el pelo y mirando para la tina, porque de verla vomitar la iba a vomitar a ella.

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