7.12.06

Mariposas de Coca Cola

Tengo un sudor tibio que corre por mi cuerpo como si fuera un río clandestino que me ahoga, me atosiga, me seca los labios y absorbe todo aquello que podría renacer de nuevo. Vuelvo a sentirme extraña nuevamente, rara, pero feliz. Aunque haya sido una semana de comedia de equivocaciones. Creo que el mensaje anterior no llegó a la persona que correspondía. Quizás nunca lo leyó y no tiene idea. No importa, prefiero que haya pasado así a que tenga que enterarse de cosas ciertas pero que todavía no tienen la importancia que se merecen (porque las situaciones no se han dado).
Espero que ese sudor tibio se evapore, se transforme en una simple sustancia aérea que me recuerde que todos somos ángeles. Todos somos espíritus que se elevan, que toman una cierta forma y que podemos presentarnos ante los demás mediante señales que no siempre son claras. A veces lo directo aburre...prefiero la sutileza del oxígeno en la vida verde. Prefiero ser mar y mojar sus pies a decir directamente lo que siento.
Soy una mujer demasiado misteriosa y quizás por eso mis jeróglíficos son tan complicados. No pido que me entiendan, sólo quiero que se den cuenta de lo que quiero decir. Aunque tampoco quiero perder el tiempo. Nada de eso. Y él se ha convertido en un veneno, en un dulce veneno que aparece y desaparece, en sangre fría que se entibia y vuelve a congelarse en un segundo.
Me encantaría reflejarme en un espejo y pasar a un mundo paralelo.
Y aparecer en otra dimensión, donde todo sucede de verdad.

1 comentario:

Mar dijo...

Todo puede pasar en el amor.
Saludos.