27.4.06

Subo, giro, caigo, salto, subo, vuelvo a caer

Subo por una escalera, giro en medio de los peldaños, salto en el aire durante la milésima de segundo en que me equilibro, subo un par de peldaños más y vuelve a aparecer el pequeño, detestable, deleznable e imborrable peldaño que no existe, que me hace caer, dar vueltas y tumbos, caer sin ritmo, sintiendo como mis brazos se extienden en el aire con las manos abiertas, cual paracaídas invisible. Soy humana, lo sé; pero en algún momento intento creerme el cuento de poder ser un ángel.
Hoy me caí. No estaba soñando. Estaba muy cerca de él, pero jamás lo ví. Ni siquiera lo sentí.Nada. Ni pequeñas vibraciones en mi estómago. No existía. O mejor dicho hoy no existí para él. Ni siquiera pude comunicarme con él. Maldita media hora perdida en el silencio de mi auto inamovible de su rincón callejero. Me habría conformado con verlo cruzar la calle, aunque fuera de lejos. Perdí la cuenta de las semanas que no nos vemos.
Y eso que vivimos en el mismo país, en la misma ciudad, aunque no con la misma gente. Con personas muy distintas. Demasiado distintas, tanto, que nuestras vidas no son paralelas, sino estúpidamente perpendiculares a una curvatura invisible. Sólo se cruzan su alma y la mía. Sólo se cruzan nuestros cariños. Nuestras pieles, nuestras miradas. Pero hoy nada.
Encima en la mañana había ido al doctor y me trajo malas noticias. No quiero hablar de eso. Sólo malas noticias y necesitaba estar con él para contarle y de paso que estuviéramos juntos. A veces el orgasmo suele ser un pequeño, buen y rápido remedio para el estrés. Creo que tendrá que ser otro día, aunque ruego que sea antes de junio. Ya faltará menos para su cumpleaños. ¿Habrá una competencia de celebraciones? Lo dudo. Mis sorpresas no creo que se puedan comparar con otras. Ni con las de nadie.
¿Mucho egocentrismo? Demasiado. Pero es la única forma de demostrarle al resto que te quieres. Y mucho. Y que el resto a veces puede irse a la mismísima mierda sin importar que quieras subir la escalera más rápido, más lent0 o mejor no subirla, sino simplemente quedarte colgando del tramposo agujero, pero esta vez agarrada firmemente con las dos manos. Y quedarte mirando las nubes. Adivinando las formas que tienen. Querer agarrarlas y que en un instante se transformen en bolas de algodón. Y las comerás en un carrusel. Y te acordarás porqué la vida durante la infancia es tan simple, tan inocente, tan falta de tonterías existencialistas que sólo los sicólogos -con suerte- pueden explicar. A no ser que hayas subido todos los escalones y te encuentres en el cielo. Entonces, es porque estás muerto.

1 comentario:

Hermansineme dijo...

He comenzado a leer las notas a la inversa, desde la última hacia atrás, ya he emitido una opinión a pesar de manifestar no querer hacerlo, veo también que se trata en mayor o menor medida de lo mismo; por tanto me atengo al detalle del doctor.. cuidarse es la consigna, si vemos las cosas con optimismo, que entretenido es escribir en un blog con la casi certeza que nadie te leerá, que lata escribir y que te lean..