Dos morenitas a lo Sex and the City

El Friday's del Parque Arauco estaba lleno de cumpleañeros y los tipos que ahí trabajan, con gorros de arlequines y miles de ruidos chillones por doquier, servían de adorno para una entretenida anécdota "entre medias". Anoche una buena amiga mía me dijo que tenía que contarme algo. Aunque no me adelantó nada supuse que estaba relacionado con el sexo casual. Bueno, es que esta mina no ha recorrido mucho camino, pero como ya corre, le ha dado con la maratón. Yo digo que está bien, que tiene que hacerse camino, acumular experiencias, vivir. Ya llegará el tiempo en que nos estabilizaremos y caminaremos derechito por el buen camino. Por ahora, creo que tenemos que pecar...y ser pecadoras de las buenas.

Es increíble lo pacatas que son las minas en la cama...hay más de lo que uno cree. De hecho, creo que el sexo con amor o casual o encuentros clandestinos o como sea que se le llame, tiene el sabor más dulce a fruta prohibida que existe en el planeta. Y a mí el dulce me derrite. Me vuelve loca. Me lleva a otra dimensión. Nadie puede negar que el sexo es bueno, desahoga, libera tensiones, es una vía de escape, humecta la piel, limpia los poros y muchas otras cualidades. Siempre y cuando sea BUENO.

En todo caso, la Morenita II me decía que su actitud liberal la hace sentirse feliz. Y se le notaba en la cara. Cuando las mujeres tenemos sexo nos cambia todo. Y a los hombres también se les nota, en ese brillito en los ojos y esa actitud tan de "self made man" por la vida. Siempre y cuando sea BUENO (aunque Mr. Big me dijo una vez que todos los hombres se van). Aunque a mi amiga tuve que advertirle una cosa...que el sexo casual si se repite con una persona puede traer consecuencias muy buenas a largo plazo...o más o menos, dependiendo del especímen con quien se involucre. Igual la idea de un gel que desconocía me quedó dando vueltas en la cabeza. Todavía tengo en mi closet los condones con sabor a frutas que me compré la última vez.

Asocio sexo con pasión y con innovación. Creo que la rutina es lo peor que hay. Y podría hacer miles de locuras si es que el tiempo se diera. Por mientras sigo con el arte digital, que no diré en qué consiste ni de qué se trata.

Creo que la lista de mi buena amiga ha comenzado a tajarse. Lo mejor, es que la tincada de querer agarrarse a ese susodicho ya se le pasó. Lo mejor es querer volver a hacerlo. No hay nada como un hombre que te deja mirando el techo porque sólo se preocupan de su placer. Nombres se han eliminado y algunos quedan pendientes. Le digo que no se apure, que todavía le queda tiempo. Y la noche avanza bajo el cielo nocturno de la ciudad. Tan veloz como el deseo.