28.3.06

Ciclos y deseos




Quiero verte de nuevo. Tengo ganas de verte. Ganas de sentirte, aunque sea a la distancia. Ganas de oler tu piel, absorber tu maldito perfume y enroscarme como una serpiente en tu corazón. Enroscarme de a poco, casi volviéndome oruga de tanto apretarme contra tus células, esas malditas células microscópicas que algún perturbante efecto causan en las mías.
Tengo ganas de irme, de volar...¿dónde se podrá arrendar un par de alas que nadie me pueda impedir que alcen el vuelo?, tengo ganas de romper las malditas huellas que ya existen en mi tierra y comenzar de cero, y ojalá que nadie sepa donde estoy, que nadie se moleste en buscarme, que nadie quiera adivinar que estoy haciendo en un momento determinado.
La sangre para algunos es visto como vida. Para otros es símbolo de muerte y asesinato. Algunos la pueden asociar con la mordida de los vampiros. Varios la ignoran. Otros la desean. ¿Qué se hace en esos casos? Parece que nada. Las mujeres tenemos un ciclo que se da mes a mes. A veces suele darme asco. Pero, lo más impredecible de todo, es que siento que mi cuerpo cambia, que se manda señales a sí mismo para prepararme para esos días.
No me gusta la menstruación. Diría que ninguna de las mujeres ama esos días. Ese líquido rojo que emana del interior de nuestro cuerpo para avisarnos que podemos estar tranquilas (en caso de habernos mandado algún condoro...léase juegos sin protección adecuada)...esas veces de veras que amamos la presencia de este ciclo, pero otras simplemente lo detestamos. A mí, personalmente, me gusta desaparecer. Me hincho como una oruga gigante, más bien como un sapo de algodón que tiene una guata enorme. Ando hipersensible y el olor de útero se hace intenso y persistente. No me gusta ese dolor, el que suele ser intenso los dos primeros días y con un aroma "natural" fuerte y pertinaz.
Me gustaría que sólo una vez algún XY tuviera la regla. Apuesto que terminan en la posta y con intoxicación estomacal por exceso de analgésicos. Y ni me quiero imaginar cuando tengan que ponerse la toalla higiénica, o el tampax. Es divertido de sólo imaginarlo...tanto como pensar la actitud que tomarían ante un hirviente caldero de cera derretida o un par de pinzas que buscan moldear las cejas.
Definitivamente no podrían y a veces les da por llamarnos cobardes...no señor, los dolores de la menstruación ni se comparan al de parir. Nada de sexo débil. Aunque como mujer debo reconocer que los días previos a ando más sensible, llorona, ultraenojona, con sueño y encima con mis pechos hinchados, que se sienten gigantes, pero que mantienen el mismo tamaño. Aún así me siento orgullosa de ser mujer. Porque recibo y soy capaz de dar. Me entrego y me gusta que se entreguen. Siento y me gusta que me sientan. Todo a cambio de todo. Sudor, calor y abrazos húmedos. Ser mujer es ser amante, amiga, compañera, hermana, camarada, socia, entre muchos otros. ¡Y todo esto y mucho más por tener útero!

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