4.9.06

Detalles de pre-primavera


Tengo una polera que dice "Single & Fabulous". Me la compré en la maravillosa sección de vestuario del Líder, que es como Patronato, pero dentro de un supermercado. Maldita tentación consumista de mujer soltera, claro que ahora deberíamos agregar "and with flu" porque tengo un resfriado de los mil demonios que me tiene hasta sin fumar. Lo único que necesito ahora es una taza caliente de té con jugo de limón. Creo que es de las consecuencias del carrete, de todas maneras.
Y estoy media choreada porque nada me ha resultado. Ninguno de los malditos planes para esta semana. Creo que tendré que esperar por otros días con más suerte para las horas de ocio y de placer con el personaje anónimo. Con el Sr. Big. O Mr. Wrong, como he solido bautizarlo (espero no se enoje, pero esa conducta de desapariciones no me agrada, y no es que sea exigente, en pedir no hay engaño).
Y estoy enojada con la Consuelo Aldunate. No más. O sea, está bien que sea soltera y ande en la búsqueda del Príncipe Azul (que todas sabemos muy bien que no existe), la cosa es que leí un libro de ella y como que de verdad quiere casarse y está urgida y angustiada por eso. Menos mal que yo no. Quizás es porque no me he enamorado desde hace mucho. A propósito de Mr. Wrong y todo lo que él conlleva. O sea, es que él es la excepción a la regla y es como si todo el mundo me dijera que qué falta para que estemos juntos. No puedo contarlo acá. Creo que son mundos privados que hay que respetar, aunque aún así sé que sigue presente de alguna forma u otra (a estas alturas disfrazado de fantasma con una sábana blanca o un mantel de la abuelita, claro está).
Así las cosas, resfriada y todo, la cercanía de la primavera me tiene un poco entusiasmada con la cercanía de los calorcitos, la ropita liviana, la llegada de los bikinis (qué voy a hacer con mi celulitis) y un montón de cosas más. Hoy no hice gimnasia y me compré un libro de yoga que puedo presagiar ocupará un buen lugar en el mueble. Nada que ver, pero creo que voy a tener que buscar la fuerza de voluntad en algún lugar del mundo. Quizás sería bueno tener un perro a quien hundirle la mano para hacerle cariño.
Y a propósito de perros, el otro día pensaba que si estuviera completamente sola me haría bien tener una mascota. La acariciaría mucho, le haría cosquillas detrás de las orejas, le hablaría despacito y me gustaría que me acompañara a mirar el atardecer. Pero hoy no. La dejaría tirada donde fuera que viviese. Estaría tendida en un sillón. Una bola roja caería entre los departamentos de la ciudad mientras el perro y yo miramos cómo el día da paso a la noche. Y la luna lo haría aullar. Y mi pequeño gran sueño me abstraería de su instinto lobezno en hocico de perro regaloneado.
Necesito una mascota. Como dijo mi padre..."algún día".
PD: Santo Demonio la lleva, mucho reggaeton pero lo pasamos muy muy bien. Claro que en Murano te regalan más copete, especialmente a los invitados.

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