12.4.10

Fiera

Cuando duermo apago la luz y mis ojos son fosforescentes. Debajo de mi cama hay un vodka dado vuelta, un duende se ha metido en mi baño. Por la ventana llueven tomates que se estrellan en ella. La abro y ellos dejan de estrellarse, digo los tomates, y luego se transforman en pájaros y como son miles, estoy llena de pájaros, estoy completamente inundada de alas y plumas. Cada vez más denso, muy, muy denso. Toso, primero despacio, hasta casi asfixiarme, me meto debajo de la cama, me tomo un trago de vodka, no dos, no mejor tres, hasta que me bebo todo lo que quedaba en la botella. Me quedo dormida.
El dolor de miles de heridas me despierta al día siguiente.
No recuerdo picoteos de ninguna especie.

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