22.4.10

Chamana

Entro en la habitación. Está todo oscuro. Demasiado silencio que entra por los oídos y obstruye el pensamiento. Una hoguera arde en el centro. El, está acostado de guata y pareciera dormir un profundo sueño. Se siente pesado. El, el ambiente, la luz, el lugar. A medida que comienzo a caminar todo se ilumina. Un cuchillo se pasa por mi cabeza. Un cuchillo brillante, reluciente, recién afilado. Asumo que está en el bolsillo del pantalón que se ve, ya que su mano sostiene algo que está dentro de él con firmeza, con miedo a que lo ataquen, a que le vayan a robar algo que no es material. Me acerco lentamente. Le toco la cabeza. Un hálito frío recorre mi cuerpo. Es su alma, pienso. Es su alma fría, llena de miedo, odios y rencores. Me acerco despacio, él me gruñe. Me sigo acercando y su cuerpo comienza a temblar. "Es la hora", dije. Prendí un palo santo y dejé que el humo impregnara su cuerpo. Inmediatamente después, un temblor se apoderó de sus brazos, que parecían haberse separado de sí mismo. Aleteaba, golpeaba a espíritus invisibles. Me miraba con los ojos inyectados en sangre. Me quedé paralizada por un instante. Sentí que en algún momento podría haber sacado el cuchillo y habérmelo enterrado en alguna parte de mi cuerpo. En alguna parte de mi cuerpo de donde corriera mucha sangre. Me agarró de improviso, para levantarme en el aire. Estuve en el aire, peleando con demonios de fuego y vómitos turbios de seres intocables.
Caí. De pronto caí. No había nadie.¿Chamana?Nadie habló ni contestó a mi pregunta. Estaba sola. Sólo un cuchillo en mi mano. Una herida en mi estómago. Y sangre. Mucha sangre. La lamí y me quedé dormida. No recuerdo si soñé esa noche.

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