20.11.07

El laberinto innombrable

Mi minotauro esperando comerme con las fauces abiertas por la lentitud del tiempo. (Es un minotauro invisible, pero que ante mí tiene la cara de un payaso asesino que cuando habla bota sangre por la boca y tiene los dientes rojos)
Mr. Transantiago (no hay mejor apodo que ese), que no ha podido ser reemplazado por nadie. ¿Porqué?, ¿porqué? (Por los ojos, por la cara, por el CI, por la sonrisa...y esos ojos (de nuevo) cuando están tristes porque se nota)
La necesidad en mí de ese alguien que nadie se da cuenta. (Ya tiene las horas contadas)
De que me gustan los ojos penetrantes y me desvelan. Y yo tengo la boca cerrada porque no quiero abrirla. ¿A pito de qué?
De los celos inexplicables. O sea, ¡inexplicables! No tienen que serlo, pero lo son.
De la luz invisible de la luna que se refleja en todos, menos en el famoso Minotauro.
Las falsas lluvias de moscas que soñé. Y se me metían en la boca. Muerte segura de alguien.
De mi conversación con un pelo. ¿Era el pelo de alguien o el monólogo de mi propio pelo conmigo misma? Era mi pelo hablando hipnotizado por mí. No...era yo imaginando un pelo sobre mi mano. Un pelo de mi cabeza, está claro.

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