11.6.07

Lipgloss en un airbag de suero

Sentía mis labios como un queque recién salido del refrigerador. Sí, así, con el agua a medio derretir en medio de la masa, luego un pequeño bálsamo transparente lo cubre de lado a lado y se forma una capa espesa, que da brillo y forma, que recuerda la silicona. Y se sienten amplios, húmedos, listos para besar. Indiferentes al frío. Indiferentes al viento sucio de la ciudad que te golpea la cara y la piel. Yo vestida de buzo azul y parka verde. Zapatillas y el pelo lavado sin peinar amarrado en una cola. La gente me miraba. Los labios. Y yo feliz. Cuerpo trasnochado y labios de diva. En la mano derecha llevaba una bolsa con dos vestidos comprados en Falabella a 15 lucas. Hermosos y con ganas de ser estrenados. Dolor de cabeza y sueño. No importa, los labios me quitaban el sopor del día después. Los ojos con una sombra gris en la zona inferior. Y sueño. Y nada de cigarro por estar con la garganta atosigada de nicotina.
Estaba con el peso del airbag en la espalda. Y en la cabeza, con miles de pensamientos que se me cruzaron y de los cuales no puedo decir nada. Es que si hablara, tendría que ser a través de hipnosis y eso nadie lo va a lograr. Si me quieren sacar información que se pasen miles de rollos. Podría ser acerca de cualquier cosa y de cualquier persona a no ser que me pidieran especificidad en torno a ciertas circunstancias. Y creo que usted lo sabe, porque me acerco y sé que hay un airbag que nos separa. Una bolsa de aire. Una simple bolsa de aire que no se puede reventar por más alfileres que se coloquen. O quizás el alfiler que hay que poner es el que usted no sabe colocar.
O si sabe, prefiere hacer la vista gorda. No importa. Hay ojos que tienen rayos equis. Y oídos, y bocas. O espumas de algodón que circulan entre su existencia y la mía. Dicen que va a llover martes, miércoles y jueves. Estaré ahí con mis labios recubiertos con el lipgloss de MAC. Y he soñado contigo más veces de las que creo haberlo podido hacer. Tantas veces, que en los sueños como que me vuelvo un poquito loca, pero igual lo diviso en mi mente, en medio de situaciones demasiado surrealistas. Nada de piel. Eran otras circunstancias.

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